La mayoría de los puestos de trabajo que en estos momentos se están perdiendo, se debe única y exclusivamente al cierre de empresas, que se origina como consecuencia inmediata, de las medidas erradas que toma el Ejecutivo y que impiden el desarrollo de la economía, aseguró el presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez.
El dirigente del movimiento empresarial organizado, fue consultado en torno a los últimos anuncios sobre al ajuste de la Unidad Tributaria y su incidencia en la estructura de costos de las empresas, advirtiendo que la medida tendrá un impacto negativo, especialmente en las pequeñas y medianas empresas, específicamente en el área de flujo de caja que es sumamente importante en una economía inflacionaria.
-Pero también va a tener un impacto en las cuentas del gobierno, porque los ingresos en términos reales también van a ser menores y se pudiera llegar entonces a pensar, de qué manera el Ejecutivo va afrontar ese déficit fiscal que es el que está alimentando la inflación en el país, producto de que siempre es cubierto con un sistema de financiamiento que es la generación de dinero inorgánico que inyecta una liquidez sin respaldo que hace crecer el monstruo de la inflación en el país, aseguró.
Advierte el líder del empresariado, que el Gobierno es el único responsable de detener este monstruo que está acabando con la paz de todos los venezolanos y que tiene el poder adquisitivo en unos niveles de caída libre, porque cada vez que el Gobierno Nacional hace algún tipo de ajuste salarial u otro incremento que profundice la brecha del déficit fiscal, automáticamente el poder adquisitivo del salario real de los venezolanos, se precipita en caída vertical.
Para el empresario, el ajuste del bono de alimentación, también tiene otras lecturas, ya que no se entienden las razones para que el Gobierno continúe incrementando este sistema “parasalarial”, aplicando un sistema paralelo para tratar de compensar el poder de compra de los venezolanos, haciendo que la bonificación sea más del doble del salario nominal mínimo, ya que el bono se ubica en 108 mil bolívares y el salario mínimo está por encima de 40.000 bolívares.
-Esto no es otra cosa que el reconocimiento del fracaso del sistema salarial del Gobierno nacional, cosa que tiene que ser revisada en este momento, porque no puede el régimen de prestaciones competir con un sistema de diseño de salario mínimo o salario justo para todos los venezolanos, sino que tienes que tener este sistema en paralelo que es nocivo, entonces estamos entrando en un proceso de desalarización al que hay que enfrentar de forma prioritaria para definir un nuevo sistema que le permita a los venezolanos recuperar su poder de compra, y que las empresas puedan tener la posibilidad de una renta que le permita pagar un salario justo a todos los trabajadores-, aseguró.
En torno al desempleo y a la reducción de las nóminas, Martínez señala que es una decisión bastante difícil para los empresarios y además bastante triste, tener que mandar a la gente a sus casas ante la imposibilidad de poder continuar manteniendo y preservar sus puestos de trabajo para que puedan educar, alimentar y vestir a su familia, medida que tiene un impacto psicológico muy fuerte entre los trabajadores, pero también entre los empresarios.
-Esto también tiene que ser abordado para garantizar que el mayor número de empresas puedan mantenerse en sus operaciones y preservar la mayor cantidad de puestos de trabajo y, ojalá que en algún momento que entremos en el ciclo justo entre la producción de los bienes y servicios en Venezuela, podamos tener generación de empleos y condiciones de trabajo decentes como lo recomienda la Organización Internacional del Trabajo.