Javier Díaz Magallanes inició el 27 de enero un gran proyecto que clama por la justicia. Consiste en una caminata en forma de protesta que arrancó en Ciudad Bolívar y finalizará en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ubicada en San José Costa Rica.
Su historia
Javier Díaz Magallanes fue recluido en la cárcel de Ciudad Bolívar (1992) por el delito de robo agravado. Sin embargo, un hecho violento que se presentó en el penitenciario cambió por completo su vida, y a 25 años de aquel traumático suceso, Díaz decidió emprender una travesía que asegura realizarla como una lucha para que se hagan escuchar los derechos de los ciudadanos.
El viajero relata que mientras se encontraba recluido, recibió un disparo de perdigones en la mandíbula derecha por parte de un funcionario de Dirección de Prisiones adscrito al Ministerio de Justicia. El impacto le ocasionó serios traumas, como: pérdida total e irreparable del oído derecho, desviación de la mandíbula, cefalea y pérdida transitoria de la memoria, desfiguración del rostro y la pérdida en su mayoría de piezas dentales.
“Como la comida que nos daban era poco, siempre negociabas con los cocineros para que nos dieran un poco más. El trato eran 2 cigarrillos y cinco bolívares por unas cucharas extra de comida. Cuando estaba hablando con él, un funcionario de la policía estaba en la cola y me hizo seña que me quitara, luego regresé a buscar mi comida y fue el momento en el que recibí el disparo a quemarropa. Si el impacto hubiese sido unos milímetros más arriba, simplemente me hubiese quitado la vida”, expresó Pérez.
Agregó que el 20 % de la población de reos es inocente y tan solo son víctimas circunstanciales de procesos viciados y que cuando en algún caso no consiguen al culpable simplemente acusan al primero que ven o a quienes le caigan mal lo involucran de alguna manera para cerrar el caso. Así mismo indicó que antes de que existiera la figura de “los pranes” en las cárceles, los funcionarios de la policía disfrutaban de maltratar a los presos, quitarles sus pertenencias, golpearlos y abusar de ellos sádicamente.
¿ Qué busca?
El valiente luchador, para lograr su objetivo, deberá caminar 1924 kilómetros y atravesar 3 países. Pérez relata que lo inspiró ser una víctima de derechos humanos y alega que la justicia venezolana ha sido insuficiente. Así mismo es una petición para que Venezuela vuelva a forma parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dado que el 10 de septiembre del 2012 dejó de ser parte de un organismo que garantiza la protección y defensa de la dignidad y derechos humanos de hombres y mujeres.
“Los civiles no contamos con un medio para reclamarle a las autoridades hasta dónde pueden llegar porque mientras realizan sus funciones cometen atropellos y abusos que son ilegales pero la justicia no lo procesa ni toma en cuenta. Eso ha sido una garantía de impunidad para los funcionarios”.
Agregó que protesta de este modo porque siente que es la única manera de ser tomado en cuenta, a través de un sacrificio que no solo es la distancia y caminar todos los días, sino la incertidumbre de dónde pasará la noche, o si conseguirá alimentos y agua, y el temor de ser reprimido por las autoridades que no quieren que se divulgue lo que sucede en Venezuela.
Bitácora de Javier
El actual paradero de Javier Díaz es el estado Lara. Ha recorrido 800 kilómetros. Él tan solo se traslada con su mochila, donde tiene lo más necesario: dos cambios de ropa, su sábana, una garrafa con dos litros de agua, algunas medicinas, útiles de aseo personal y un cuaderno donde toma nota de su recorrido y a los sitios que va. Cada día camina 10 horas, pero cuando está por caer la tarde y no ha conseguido un lugar apropiado para dormir, debe continuar. En dos ocasiones le ha tocado dormir a orilla del camino, encima de su sábana y en medio de la calle.
Algunos de los familiares de Díaz lo apoyan monetariamente y le envían dinero cuando necesita y a lo largo del camino ha encontrado quien le regale un plato de comida o una habitación.
“Mi historia es la historia de miles de reos, civiles y ciudadanos que sufren por mano del propio Estado, de los cuerpos policiales y de seguridad la violación de sus Derechos Humanos. Ante ese contexto, ha nacido el Proyecto por la Justicia”.