El amor no es un negocio ni una filosofía, es una práctica de vida, sobre lo que podemos luego filosofar. El amor no es político, pero sin amor la política es un negocio. El amor es cultura, es identidad, es goce y sufrimiento a la vez, puede ocupar el tiempo de ocio, pero no es un ocio ni un vicio, no debe ser ni una enfermedad que nos mata, ni puro altruismo.
Parece que el amor se ha hecho tan escaso que a veces nos lo negamos a nosotros mismos. No se trata de llamar al hedonismo, ni al narcisismo, es simplemente autoestima.
Es triste andar comprando Amor, a una puta para que te satisfaga, al amigo para que se tome unos tragos contigo y te escuche. Pero peor aun los que dadivosamente dan un supuesto amor a los otros, pero solo lo hacen para llenar sus propios vacíos, alimentar sus egos y deficiencias del propio amor.
¿Por qué si todo se globaliza no globalizan el amor y la solidaridad humana? Si en la moda neoliberal todo lo privatizan, privaticen el odio y egoísmo. No me hablen de Choque de Civilizaciones, xenofobias y racismo, identifiquémonos en la cultura del amor. En vez de luchas de clases hagamos luchas por quien ofrece y da más amor.
Trabajemos y eduquemos en el amor. Hagamos de la política un servicio social basado en él. Que el ocio y tiempo libre sean para ejercitarlo. Hagamos el deporte del amor. Decretemos el libre mercado del amor y democraticémoslo.
Desde todas las religiones, los preceptos bíblicos, nos llaman a amarnos los unos a los otros, pero qué hemos hecho: solo amamos a unos pocos, y amamos por interés, para nuestros propios beneficios, para sentirnos acompañados. Pero las compañías no mitigan soledades, si no hay verdadero amor de por medio. Se pude estar solo y estar amando, y acompañado y no amar. El amor no es un ordenador, no se conecta y desconecta cuando me viene en gana.
Aun nos quedan buenos poetas y cantores, buenos libros, buenos cafés, buenos vinos, y lo más importante buenos amigos, que nos permiten seguirnos refugiando en el amor. Pero mejor aún nos queda un planeta, antes que unos pocos idiotas lo destrocen, nos quedan las flores, ríos, mares, lo más importante hay vida, quedan humanos y no me refiero a esos autómatas que andan por allí parecidos físicamente a nosotros pero que son robots, zombis, que deambulan en la sociedad, en la economía, actúan sin pensar y sentir, solo actúan. Y dicen y están seguros de ser humanos.
Sin amor no se puede hacer nada, no se estudia ni trabaja, no basta con saber algo, no basta con la razón, sin amor y pasión nada se mueve. Así como es el petróleo en las economías, el amor es el motor del ser humano, está por encima de todo y lo mueve todo.
Hasta para los ateos su dios es el amor. Amor y ética son inseparables. Amor sin ética es puro egoísmo. Ética sin amor es una norma, y nada más, palabras sin sentido que se cumplen por obligación, no por amor
En un mundo lleno de necrología, que todo lo asesina, el amor es la última utopía, la que mueve e impulsa al resto de utopías. Que no muera el Amor.