Hace 55 años, un 20 de febrero de 1962 para ser más exactos, el Dr. José Del Vecchio, el Mono Zuloaga y otros más que no recuerdo ahora, tuvieron la feliz ocurrencia de fundar la Organización Criollitos de Venezuela, sin percatarse quizás de la riqueza espiritual y el fascinante atractivo que encierra esta institución.
“Un niño criollito es un niño feliz”, no es una simple frase trillada en años por quienes conforman esta corporación, es cuestión de ubicarla en su contexto y llegamos a la conclusión de que conforma una realidad; un niño de cualquier clase social, raza o religión, lo cual también encierra una postura filosófica, quien debería ser un buen estudiante se incorpora a las escuelas y equipos a hacer tareas complementarias en su formación, ya que el deporte impone disciplina e integración social.
Algunas veces nos encontramos con representantes, muy colaboradores en su mayoría, que no asimilan en su contexto general los fines para los cuales fue creada la organización, que no es otro que formar buenos y mejores ciudadanos a la sociedad, utilizando el deporte como un medio para tal fin, y no el deporte como un fin en si mismo, para formar deportistas profesionales en el futuro, siendo esto último algo fortuito e impredecible.
Sin lugar a dudas, los Criollitos se adelantaron en 50 años a la Ley Orgánica de Protección al Niño y al Adolescente (LOPNA); se han preguntado ustedes cuantos ciudadanos le arrebatan diariamente al delito esta institución deportiva, no es casualidad que se siembren allí generaciones de familias, representantes, dirigentes, técnicos, los cuales inundan los campos de todo el país, en una actividad realizada con sacrificios propios de un “apostolado”, pero compensada con satisfacciones.
No imaginaron estas personas, que al concebir esta idea, estaban haciendo un gran aporte al país en el transcurrir del tiempo, no calcularon el servicio que harían a la sociedad, al crearles un instrumento que permitiera el disfrute y la recreación de tantos niños, a la vez de moldearles una personalidad y ejemplar conducta ciudadana.
Sin embargo es bueno señalar, que lamentablemente en la actualidad el objetivo primario de los Criollitos: “ La formación de buenos y mejores ciudadanos a la sociedad a través del deporte”, ha sido ocasionalmente tergiversado por algunas escuelas “elitescas” afiliadas a la Corporación, tratando de convertir en algo muy costoso la práctica de actividades complementarias de los niños.
En algunos casos estas escuelas tienden a convertirse en academias o granjas de Scouts o caza talentos del beisbol profesional, lo cual se ha convertido en un lucrativo negocio, obviando que se contradice lo establecido en los reglamentos internos que obligan a participar a todos los inscritos, limitando a su vez esa presencia de manera porcentual, en resguardo de la integridad física del atleta.
En el caso especifico del Estado Lara, este magnífico y loable propósito fue auspiciado en sus inicios por Monseñor Omar Ramos Cordero, y luego se unieron a él para brindar su valioso aporte Manuel Monsalve, Lino Palencia, Hilda Tona, Joe González, Edgar Yajure, Aristóbulo Vitora, Hilda Marchan, Demetrio Sánchez este humilde servidor que tuvo el honor de presidir su Junta Directiva, y muchísimas otras personas que aportaron lo mejor de sí para esta noble causa.
En este 55 aniversario es propicia la ocasión, para reafirmar el compromiso con esta gratificante actividad, haciendo un llamado a la gran familia Criollitos, y vamos todos a darle una mano a la Corporación y hacer buena la frase: “ un niño criollito, es un niño feliz. Valor y pa´lante.