Luego de visitar la playa o la montaña ¿Te sientes reconfortado? ¿Te gusta caminar por la arena, percibir el olor de las flores o sentir la brisa suave en ese tipo de lugares? Todo el cúmulo de sensaciones y la postura que se toma luego de vivir un momento especial en contacto con el entorno, forma parte del estudio de la ecoterapia, ofreciendo una manera de curar o proporcionar bienestar, disfrutando plenamente de las bondades de la naturaleza
Según el doctor Howard Clinebell, teólogo y profesor humanista, la ecoterapia es un tratamiento que permite la sanación y el crecimiento físico, espiritual y emocional gracias a la interacción del ser humano con la naturaleza. También es llamada “terapia verde” o “terapia centrada en la tierra” y pretende abarcar la comprensión de las relaciones psicológicas con el entorno.
Por ello, se ha convertido, en los últimos años, en una atractiva e interesante propuesta, discutida entre profesionales de la medicina, la psicología y la ecología, para combatir problemas como la ansiedad y la depresión, con el simple hecho de proponer la salida a un parque o el disfrute de un día de campo
Estudios de la Universidad de Essex en Reino Unido, demostraron que pacientes en contacto con áreas verdes y con animales, tienden a recuperarse mucho más rápido de una enfermedad que aquellos que no lo hacen. De allí que actualmente, han comenzado a implementarse las “clínicas verdes” en diversos países del mundo, con la intención de proporcionarle al convaleciente una atmosfera de tranquilidad y armonía, que se traduzca en una pronta recuperación, mientras se disfruta de un “paisaje natural” sinónimo de sosiego y de bajos niveles de estrés.
Entre los principales centros de salud con esta característica, se encuentra el Mercy Medical Center en Estados Unidos, el Centro de Ciencias St. Luke en Japón y el Hospital General de Vancouver en Canadá, construidos con amplios jardines de propiedades curativas, pensado en la mejora de las personas, así como en la reducción de los niveles de contaminación y en el aislamiento térmico y acústico.
Vinculados en todo momento
Por otro lado, la ecoterapia apunta a la necesidad de reinventar aspectos como la psicoterapia y la psiquiatría, incorporando la relación innata que tenemos con el entorno, esto se traducirá, entre otras cosas, en un conocimiento más amplio de los cambios y conductas que ocurren en nuestro ser.
Para entender esto, Cinebell plantea por ejemplo, la existencia de un “círculo ecológico” de tres operaciones que interactúan entre sí: “InReach”, estar en la naturaleza para recibir su presencia sanadora; “UpReach”, encontrar un lugar en el mundo natural; y “OutReach” realizar actividades con otros que se preocupen por el planeta. El especialista plantea que si muchos comprendieran esta creencia, sería más sencillo conseguir una armonía con el ser interior, desarrollar nuevos métodos de diagnóstico psicoterapéutico bien sean individuales o comunitarios y vivir en equilibrio, generando el menor impacto posible sobre el ambiente.
Esta idea, se asemeja al planteamiento de la Teoría Gaia, creada por los investigadores James Lovelock y Lynn Margulis y que define a la tierra “como un ser vivo”, que puede asimilar una gran cantidad de cambios y volver su estado natural.
Según esta hipótesis, el aire, los océanos y el suelo, son mucho más que un ambiente para la vida, pues constituyen una parte fundamental de ella. No animada, pero fundamental. Así mismo, los seres humanos también formamos parte de Gaia y en sí, somos su espíritu; por lo tanto, estamos intrínsecamente relacionados con ella.
Estas opiniones y muchas otras, refuerzan la razón de ser de la ecoterapia, recomendada particularmente para aquellos que sufren de depresión, estrés o ansiedad e implementada en ancianatos, centros de desintoxicación y lugares de tratamiento para niños y jóvenes. No obstante y sin necesidad de padecer o encontrarnos en cualquiera de las situaciones anteriormente descritas, cada uno de nosotros puede poner en práctica sus recomendaciones, que van desde plantar árboles en nuestra casa, urbanización o lugar de residencia, hasta disponernos a escuchar detenidamente el sonido de las aves, mientras las dibujamos y contemplamos sus colores.
Cada acción, nos proporcionará rendimiento en las actividades diarias y mejorará el estado de ánimo, repercutiendo considerablemente en nuestras relaciones con los demás y regalándonos una vida más tranquila, placentera y feliz.
Comienza hoy…
- Cultiva un jardín y haz tu propio huerto en casa. Observar el nacimiento y crecimiento de una planta además de obtener flores, frutas, verduras u hortalizas, te hará sentirte participe del ciclo de vida.
- Adopta una mascota, bien sea un perro o un gato. Será un exitoso mecanismo para dar y recibir amor, además creará en ti, un nuevo sentido de responsabilidad.
- Escápate regularmente a un sitio abierto y natural donde te sientas tranquilo y relajado. Abraza un árbol y siente su textura, huele las flores y descubre la cantidad de aves o insectos que viven allí.
- Camina o anda en bicicleta. Sonríele a la gente, escucha música, contempla la ciudad, el cielo y todo lo que te rodea, a veces andamos tan apurados que olvidamos apreciar cada cosa de nuestro alrededor.
- Regula el uso de aparatos tecnológicos. Comprender que la dependencia a los mismos es algo que puede convertirse en adictivo, es el primer paso para comenzar a integrarte al entorno.
- Evita acumular cosas. Obsequia pertenencias que ya no necesites o que no estén en uso. Dar es recibir y la ecoterapia, así lo cree.
- Asume un estilo de vida consciente. Evita adquirir si no es necesario, aliméntate bien y saludable, ejercítate y lleva una vida tranquila. Recuerda que al final, solo queda el cansancio.
- Descubre, conoce y pregunta, siempre y todo lo que consideres necesario. Hay un mundo afuera esperando por ti…. ¡Conócelo!
