Se calcula que entre las 12 del mediodía y las 2:00 de la tarde del viernes fue cometido un triple homicidio en el que fallecieron Mario Antonio Rojas (50), su esposa Ana María Rodríguez Suárez (45) y su nietecito de 2 años de edad. El hecho ocurrió en el caserío La Cuchilla, ubicado en la vía principal de Hato Arriba, municipio Morán.
Monstruoso
Un vecino de la zona llegó alrededor de las 3:00 de la tarde a la vivienda del señor Rojas y encontró la puerta abierta, situación que le extrañó. Al entrar a la casa observó que estaba destrozada y al llegar a la cocina consiguió al hombre tirado sin vida en el piso, con un disparo en el pecho.
Fue hasta el cuarto y la escena fue desgarradora. Colgadas de un mecate estaban la señora Rodríguez Suárez y su nieto de dos años. El hombre, aterrado, se topó con el hijo menor de la pareja, de 15 años de edad. Tenía una cortada profunda en el cuello y otra en el rostro. Había perdido mucha sangre.
El vecino sin dudarlo lo trasladó al ambulatorio de Barbacoa, donde lo estabilizaron y remitieron hasta el Hospital de Carora y posteriormente al Antonio María Pineda, de Barquisimeto, en donde se encuentra recluido y su pronóstico de salud es reservado.
Al lugar de los hechos acudieron funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc Lara, quienes ya trabajan en el caso. Hasta ahora manejan como móvil el robo, aunque no descartan otras hipótesis.
Una fuente ligada a la investigación indicó que los individuos que cometieron el triple homicidio fueron tres. Se trasladaban en dos motocicletas y estaban alojados en la zona desde hace poco. Muchas personas indicaron que los maleantes son de Barquisimeto y se andaban escondiendo.
Aparentemente llegaron solicitando un dinero, pero no se llevaron ninguna de las pertenencias de las víctimas.
Eran queridos
“Eso no tiene perdón de Dios”, comentaban los familiares en las afueras de la morgue.
25 años de relación fueron destruidos por un grupo de delincuentes, expresaron. Daban fe de que la pareja era bastante conocida y querida en la población. Relataron que Rojas era natural de Carora, pero desde pequeño se fue a La Cuchilla, lugar donde conoció a su pareja.
Fruto de esa relación tuvieron cinco hijos, siendo el último el menor de 15 años de edad, quien convivía con ellos. Tenían siete nietos y el pequeño de dos años, asesinado junto a ellos, era el cuarto de todos. Sus abuelos se estaban encargando de su crianza.
Marisol Rojas, sobrina del hoy occiso, comenta que su tío acostumbraba a sembrar maíz, así mismo vendía orégano en su casa y compraba chivos, los cuales criaba y posteriormente los vendía.
Sobre la señora Rodríguez Suárez manifestaron que fue una gran mujer, de la que nunca tuvieron queja alguna.
“Exigimos justicia. Este caso no puede quedar así, es una masacre los que esos delincuentes hicieron”, manifestó Rojas.
