Versado en la materia no me considero. Pero sí he observado de cerca el quehacer diario de los integrantes de las empresa de seguridad, sus labores en las organizaciones empresariales para las cuales prestan el servicio.
En sus inicios las empresas de vigilancias contaban con recursos e instrumentos de trabajo acordes para enfrentar situaciones extremas. Una vez reducida por el gobierno central, en cuanto a desarme, por ejemplo, pasaron a hacer casi nada, por no señalar nada. Quedaron sin protección alguna en momentos de cualquier eventualidad que ponga en riesgo sus vidas.
Comienzo señalando igualmente, y sin ánimo de menospreciar el oficio: lamentablemente el ocio y la merma cerebral van de la mano, ocupan gran parte de su tiempo, transgrediendo de esta manera controles mínimos de riesgo de accidentes.
Afortunadamente no son todos. Algunos cumplen el Protocolo de Seguridad, pero no sucede así en la generalidad de los casos.
La idea del presente artículo es llamar la atención a los líderes y dueños de este tipo de empresas para que hagan de sus integrantes personas efectivas en el ambiente en que se desenvuelven. Es darles la oportunidad de capacitarse en áreas afines a su oficio. Estos hombres y mujeres pudieran estar dispuestos a dejarse ayudar, claro está con el respaldo de sus empresas a las cuales sirven, para de alguna manera contrarrestar situaciones de emergencia a todo aquel que visite las instalaciones de la organización empresarial. Ejemplo: Curso obligatorio de primeros auxilios, con el fin de estabilizar el problema de salud que de manera imprevisible pueda afectar a algún usuario o cliente.
El Protocolo de Seguridad debería incluir además: Curso de higiene y seguridad laboral (incluye empleados y obreros). Es determinante la prevención de riesgo de emergencia por incendio, por ser propia de sus actividades como “oficial de seguridad».
Otro de los aspectos importantes pudiera ser concientizar sobre procedimientos rigurosas para la fluidez en la comunicación oportuna con instituciones u organismos de emergencia en tiempo récord, evitando catástrofes y traumas mayores que pongan en riesgo tanto al personal como a la propia empresa.
Lo anteriormente expuesto, y seguramente otras medidas, redundaría en aumento de la eficacia de este personal, convertido, ahora sí, en garante efectivo en resguardo del bien ajeno y de la empresa. Asimismo, en la optimización del servicio y rentabilidad por la disminución de accidentes laborales y el control de riesgo en salud pública .
El que tiene el conocimiento tiene el poder y en la medida que te prepares mejorará la calidad de vida de tu entorno familiar.
Paso página…
Alfreddo Barillas Araujo