Gran parte de las unidades del transporte colectivo urbano no prestaron el servicio durante la mañana de este miércoles debido a las dificutades de sus propietarios para abastecerlas de combustible.
Giovanny Peroza, secretario general del Sindicato Automotor de Lara, calculó la disminución en cerca del 80 por ciento, incluyendo las que se encuentran paradas por falta de repuestos.
Hasta avanzada la mañana las paradas en las diferentes avenidas y calles permanecieron abarrotadas de personas a la espera de que pasara una unidad para llegar hasta sus centros de trabajo.
Las mayores dificultades las confrontaron quienes residen al oeste y al norte de la ciudad, donde existe mayor población.
“Estuve como dos horas esperando la ruta y cuando ya me devolvía para la casa fue que apareció una, llena de gente, pero así me vine”, manifestó una trabajadora residenciada en El Tostao cuando bajaba de una buseta.
Para el dirigente de los transportistas larenses, la situación es seria pues, como es lógico pensar, los vehículos no pueden funcionar si no les echan gasolina.
Recordó que ya una buena cantidad de unidades, busetas, autobuses y carritos por puestos estaban inactivos por falta de cauchos, baterías u otros repuestos.
Hizo un llamado a la autoridad que corresponda, para bien de la ciudadanía, que cuando se registren desabastecimientos de combustible, como ahora, se implementen planes de contingencia para dar preferencia al transporte colectivo en el abastecimiento.
“Ahora se nos agrega esto de la falta de gasolina en las bombas, lo que obliga a los dueños o conductores a perder cada día varias horas en las colas en las gasolineras para abastecerse.
“Yo llegué a las seis de la mañana; apenas hice una vuelta y son las diez y apenas estoy a punto de llegar a las bombas”, dijo Juan Manuel Sepúlveda, conductor de una camioneta.
Indicó que con el problema que se ha presentado esta semana solo tienen pérdidas porque no pueden trabajar como es lo normal.
Jaime Álvarez, de la ruta hacia Villa Crepuscular y sus alrededores, también se quejaba por el tiempo perdido en una cola en la avenida Florencio Jiménez, donde estaban funcionando los surtidores.
“Diariamente uno da cuatro o cinco vueltas en la mañana, dependiendo del tráfico, pero hasta esta hora, cuando son las diez, apenas he dado una”, indicó.
“Toda la mañana perdida, y lo peor es que nadie informa nada, ni Pdvsa, ni la asociación de gasolineros, sobre los motivos de la falta de la gasolina”, precisó.
Por otra parte, entre los choferes circularon rumores de que algunos empleados de bombas llenaban pimpinas con gasolina a personas que no son choferes quienes luego venderían el combustible a precios superiores a los oficiales.
Según esas versiones, esas ventas se estarían haciendo en barriadas del oeste de Barquisimeto, a dueños de unidades inactivas por habérseles agotado el combustible.