Venezuela no puede depender exclusivamente del petróleo, es necesario pensar en otras maneras de sustentar el desarrollo, y en otras maneras para resolver las necesidades del país, asegura el economista Humberto García Larralde, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Recuerda que cuanto el petróleo estuvo a 100 $/Bl, en términos per cápita y en términos de poder adquisitivo en dólares per capita, no tiene la capacidad de asumir por sí sólo el proceso de crecimiento, por lo que se requiere de una economía con otra fuente de desarrollo.
Destaca que es muy poco probable que el petróleo retorne nuevamente a 100 $/Bl, indicando que nadie puede profetizar esto con exactitud, pero de acuerdo con los desarrollo tecnológicos que están ocurriendo a nivel internacional, con el desarrollo de nuevas tecnologías para sacar petróleo a través del fracking, se pudiera pensar en un techo de 70 $/Bl, lo cual están aplicando Estados Unidos y otros países, se podría generar una sobreoferta y entonces no habría un petróleo a precios más altos.
-Asimismo, relacionado con la demanda se están asumiendo compromisos por reducir el uso de combustibles fósiles, por ejemplo en Europa ya hay ciudades donde ya se anuncia que para el año 2020 no van a circular automóviles que funcionen con combustión interna-, asegura.
Advierte el especialista esto abre una ventana de oportunidades para seguir aprovechando el petróleo, que no es muy amplia, que no pasará de 3 o 4 décadas, lo que evidencia que en este espacio de tiempo, en Venezuela se deben generar las bases para desarrollar una economía que crezca sobre bases no rentistas, para lo cual es necesario utilizar las herramientas de la sociedad de conocimientos.
-Superar el rentismo significa crear un marco institucional distinto al que se ha desarrollado con la renta.
Las instituciones son las reglas del juego con las cuales funciona la sociedad, estas generan incentivos que moldean el comportamiento de los agentes económicos, moldean el comportamiento de cada uno de nosotros en sociedad, porque afectan la manera como se premia o se castiga determinado comportamiento-, asegura.
Ante la realidad de que esto no puede continuar funcionando de esta manera, el reto que tenemos por delante es buscar la forma de cómo superar esta situación.
-De allí que tenemos que crear una economía que promueva el desarrollo de la competitividad como motor de desarrollo, la cual se basa en el desarrollo tecnológico, en el aprovechamiento del talento, en la capacidad de innovar, donde la educación es determinante, además de la promoción de una economía de mercado donde los precios sean señales de oportunidades-, aseguró.