La situación en Venezuela quedó en el centro del debate político en España cuando un grupo de políticos y abogados, incluidos dos expresidentes, pidieron el jueves a la Organización de Estados Americanos que inicie el proceso de expulsión de Venezuela del organismo y reclamaron la liberación de Leopoldo López y otros opositores encarcelados.
En un acto celebrado en el despacho de abogados madrileño a cargo de la defensa internacional de López, los expresidentes Felipe González y José María Aznar apoyaron la intención del secretario general de la OEA Luis Almagro de activar el artículo de la Carta Democrática Interamericana que abre el proceso para la expulsión de un estado miembro si se observa una erosión del orden democrático. España no pertenece a la OEA pero tiene estatus de observador permanente.
González denunció el incremento del número de detenciones de opositores en Venezuela desde que comenzó el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la opositora Mesa de Unidad Democrática. González, presidente del ejecutivo español entre 1982 y 1996, se ha sumado como asesor al equipo legal de López.
Por su parte Aznar, quien lo sucedió hasta 2004, calificó a Venezuela de «dictadura represiva» que «se convierte en una auténtica amenaza no sólo para todos los venezolanos sino para otros países en el continente».
Incluso el actual presidente del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, recordó en un mensaje en Twitter que López lleva tres años en prisión por promover protestas contra el gobierno de Maduro. López fue condenado a 14 años de reclusión por diversos delitos, incluido el desorden público.
«Pedimos justicia, derechos humanos y libertad para los presos políticos venezolanos», escribió Rajoy en la red social junto a una fotografía de Lilian Tintori, la esposa del opositor encarcelado.
El presidente español siguió la estela del mandatario estadounidense Donald Trump, que el miércoles también exigió en Twitter la liberación de López tras reunirse con Tintori en Washington. Caracas ha acusado a Trump de agredir a Venezuela y de apoyar a quien considera el líder de una serie de acciones violentas.
«Hoy mi voz representa a ese centenar de presos que están todavía en los sótanos y en las cárceles de Venezuela esperando por una justicia que no llegará,» dijo el padre de López, Leopoldo López Gil, con lágrimas en los ojos.
La voz disonante fue la de Pablo Iglesias, líder del nuevo partido de izquierdas Podemos, que en declaraciones recogidas por la prensa local acusó a González y a Aznar de ser «enormemente irresponsables» y «echar gasolina al fuego» y se declaró partidario de la mediación entre el gobierno de Maduro y la oposición con respeto a la soberanía de Venezuela.