Después de dos horas haciendo fila para surtir de gasolina el vehículo, Óscar Pérez notó que en el otro extremo de la estación de servicio de Valle Hondo, en Cabudare, se acomodaban otros carros cuyos conductores, presuntamente, estaban pagándole a los trabajadores para que les permitieran el paso sin esperar, como lo hacía la mayoría.
Pérez se bajó airado de su vehículo para denunciar a este medio de comunicación lo sucedido, pues además de incorrecto retrasaba todavía más el proceso por la alta demanda. En efecto, unos tres carros hacían una cola alterna, pero no se apreciaba si realmente entregaban dinero extra al empleado.
En un centro de abastecimiento de combustible de la avenida Bracamonte, presuntamente, los trabajadores pedían 5 mil bolívares para abrir el acceso a los choferes, conducta que molestó a los clientes que aún esperaban el turno y, al parecer, por los reclamos se detuvo la venta de gasolina.
Pérdidas
Por aguardar durante una hora en Valle Hondo choferes de transporte público como Franklin Mavare contabilizaron pérdidas de entre 4 mil y 5 mil bolívares. Sin precisar cifras otro transportista de carro por puesto, Pedro Pérez, admitió que el tiempo en la cola le restaba ingresos. “Estamos pasando trabajo todos”, lamentó.
Además de pérdidas de dinero, para otros ciudadanos ocupar más tiempo del normal en abastecer los tanques para continuar circulando significó dejar de hacer diligencias importantes, como recoger a los hijos, indicó Juan Rivero.
Encima, desde el lunes, cuando comenzaron de nuevo a alargarse las filas en las bombas Rivero, también tiene problemas para trabajar, pues se dedica a trasladar materiales de construcción y no puede hacerlo con la misma dinámica por el temor quedarse sin reservas.
Por los inconvenientes, Rivero no dudó en rechazar la situación: “Esto no debería estar pasando en un país rico en petróleo”.