Dicen, que hoy es Día del amor y la Amistad. Ojalá fuera verdad. Ojalá y aunque sea por un día, mostráramos ese amor y esa amistad a alguien. Pero no tanto a nuestros seres queridos. Eso es muy fácil. Claro, sin apartarlos a ellos, prodigarlo a una persona que en su camino Ud. sabe que lo necesita. Incluso, a su “enemigo político”. Si. Como lo lee. Si Ud. se dice cristiano y asiste a una iglesia el sábado o domingo, debería darle pena con Dios si está odiando a otro. Y no venga a decir que no es odio, rabia o resentimiento, porque Dios conoce su corazón. A los cristianos, Dios nos dejó el ejemplo a través de nuestro Señor Jesucristo.
La Santa Biblia no puede ser más elocuente cuando dice “Por que de tal manera amó Dios al mundo…”. Lo que indica, la imposibilidad de medir ese amor. Algunos afirman, tratando de graficar el amor de Dios, que este se puede comparar al amor de madre. Pero este amor palidece ante el amor que Dios tiene por sus criaturas. Vean lo que dicen las SAGRADAS ESCRITURAS. “Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá” Sal.27:10. Y “¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré” Isa.49:15. Entonces, no hay comparación posible.
¿Cómo cuantificar el amor de Dios? Nuestra mente finita jamás podrá entender eso en este mundo caído. Ese amor no tiene límites de ningún tipo. Dice Isaías, para graficar su grandeza, que toda el agua de todos los océanos cabe en el hueco de su mano y que Él puede tomar la medida del Universo con su palmo y por si todo esto fuera poco, conoce por nombre cada una de las estrellas de todas y cada una de las galaxias. Isaías 40:26. ¿Cómo les parece? A ese Dios es a quien rechazamos adorando imágenes, adorándonos a nosotros mismos y odiando a otros.
Cuando Juan dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan3:16, muestra, que el mundo es tan malo, pero tan malo, que hace falta un amor demasiado grande. Y ese amor es el que le costó a DIOS entregar a su propio Hijo. “El Padre no escatimaría nada, por caro que le fuera, que fuese esencial para completar su obra. Proporcionaría oportunidades a los hombres; derramaría sobre ellos sus bendiciones; acumularía favor sobre favor, don sobre don, hasta que todo el tesoro del cielo estuviese abierto para aquellos a quienes vino a salvar. Dios dio todo para el hombre y en forma gratuita” Elena de White. ¿Qué tal?
Lo triste, es que despreciamos y obviamos ese amor, aun sin darnos cuenta, con nuestras actitudes. Quitan a nuestro Señor Jesucristo la majestad de ser nuestro único Salvador y Redentor dándosela a otras deidades. No basta decir que amamos. El amor sólo puede ser conocido en base a las acciones que produce hacia los demás. Sobre todo, a aquellos que nos adversan… El amor no es solo palabras. «Dios amó» y «Dios dio». Entregó lo más valioso que tenía, a su propio Hijo.
Lamentablemente hay muchos ciegos espirituales. Es a ese Dios, a quien le dicen mentiras cuando oran, creyendo que no les conoce. Que cuando les hace un llamado a través de alguien o algo como este artículo, se hacen los locos. O le dicen, espere… El Padre nos entregó lo que más quería, a su propio Hijo. ¿Qué amor mas grande que este puede haber? ¿Y ahora, qué vas hacer? Hasta el martes Dios mediante.