“Barquisimeto está convertida en una boca de lobo por las noches porque todas las principales avenidas, así como la mayoría de las calles y parques están sin alumbrado ante la indiferencia de quienes manejan Corpoelec”.
De esa forma se expresó Juan Antonio Zavarce mientras, en medio de la oscuridad, esperaba el cambio de luz del semáforo en una intersección de la avenida Libertador.
Si el año pasado el ingeniero José Vásquez, entonces director de Emica, calculó en más de 3 mil la cantidad de lámparas quemadas, en la actualidad esa cifra está quintuplicada, de lo que se puede percatar cualquiera que de noche se atreva a circular por una de las avenidas de la ciudad.
A todo lo largo de La Ribereña, apenas están encendidas las del distribuidor Tarabana pues el resto, de noche, está completamente a oscuras, representando un riesgo para los usuarios.
En la avenida Libertador, no prende ninguna luminaria en varias cuadras de las inmediaciones de la iglesia Coromoto y lo mismo ocurre hacia el oeste; la Lara permanece a oscuras en varios tramos, incluyendo la bajada de Santa Rosa, lo mismo que la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, Los Leones, la Rotaria, la Venezuela, Los Abogados, Vargas y hasta parte de la avenida 20.
“De noche no se puede salir a caminar por estas avenidas porque lo más seguro es que de cualquier sitio salga un ladrón y, amparado por la oscuridad, lo atraque a uno”, expresó un transeúnte en el oscuro paseo Los Leones.
Lo mismo ocurre con varios parques y redomas de la ciudad cuyas lámparas, o están apagadas desde hace tiempo por el natural desgaste o las destrozaron los antisociales.
Consultado el ingeniero Víctor Lucena, presidente de BQTO Obras Barquisimeto (Emica), sobre el problema, explicó que esa es una responsabilidad exclusiva de Corpoelec, pero en ese organismo, a nivel regional, no hay información alguna sobre el particular.