Aun cuando sufrió un revés durante su actuación del domingo en los premios Grammy, Adele terminó siendo la reina de la noche. La cantante británica se llevó a casa cinco galardones, incluyendo a álbum, canción y grabación del año.
Con su álbum «25» superó a Beyonce en las tres categorías principales y repitió su hazaña del 2012.
Usó sus discursos para honrar a Beyonce y su innovador álbum «Lemonade», que también estaba nominado: «El modo en que haces sentir a mis amigos negros es empoderador», le dijo en el Staples Center de Los Ángeles. «Yo te adoro. Tú me mueves el alma todos los días … Te adoro y quiero que seas mi mami».
Pero no todo fue perfecto para Adele. La cantante, que tuvo problemas durante su actuación en los Grammy del año pasado, interrumpió su homenaje a George Michael y pidió volver a comenzar diciéndole a la audiencia: «No puedo arruinarle esto a él».
Se detuvo, soltó una grosería y volvió a entonar un nuevo arreglo de «Fastlove» de Michael, mientras imágenes del difunto artista se proyectaban al fondo. La sentida actuación le mereció una ovación de pie, que recibió con lágrimas en los ojos.
Otros íconos de la música fueron recordados durante la gala. Bruno Mars, ataviado en una brillante chaqueta púrpura, tocó la guitarra con gran pasión mientras interpretaba «Let’s Go Crazy» de Prince. Y The Time, que trabajó de cerca con el difunto superastro, puso al público de pie con sus versiones funky de «Jungle Love» y «The Bird».
Mars también ganó un premio el domingo, como productor del álbum de Adele. Los otros honores para Adele fueron a álbum vocal pop e interpretación pop solista.
Hasta su abrupta interrupción, Beyonce había sido lo más comentado del espectáculo. En un vestido brillante, corona dorada y gargantilla en oro, la cantante, embarazada de mellizos, se apoderó del escenario para interpretar dos de las canciones de su aclamado «Lemonade». Fue presentada por su madre y exestilista, Tina Knowles: «Damas y caballeros, con el orgullo de mi madre, mi hija Beyonce».
Beyonce cantó montada en una mesa y hasta se inclinó hacia atrás en una silla mientras entonaba «Love Drought». Luego interpretó «Sandcastles» sentada, alcanzando con facilidad las notas más altas. Recibió un fuerte aplauso del público en el Staples Center de Los Ángeles, incluyendo de su hija Blue Ivy y de su esposo Jay Z. Más temprano Beyonce ganó el Grammy al mejor video musical por «Formation».
«Mi intención para el filme y el álbum fue crear un cuerpo de trabajo que le dé voz a nuestro dolor, a nuestras luchas, nuestras dudas y nuestra historia, para enfrentar problemas que nos incomodan. Para mí es importante mostrarles a mis hijos imágenes que reflejan su belleza, para que puedan crecer en un mundo donde se ven en el espejo, primero con sus propias familias así como en el Super Bowl, los Juegos Olímpicos, la Casa Blanca y los Grammy, y se vean a sí mismos», dijo Beyonce, leyendo de un papel. «Esto es algo que quiero para los niños de todas las razas, y siento que es vital que aprendamos del pasado y reconozcamos nuestra tendencia a repetir nuestros errores».
El discurso de Beyonce no fue el único momento político. A Tribe Called Quest, junto con Anderson .Paak y Busta Rhymes, dieron una actuación impactante y gritaron «resistan, resistan» al final de su número, que incluyó a algunas mujeres en hijabs.
David Bowie, quien murió el año pasado de cáncer, ganó los cuatro premios a los que estaba nominado. El de mejor canción de rock por «Blackstar» durante la gala en vivo, y otros tres durante la «Premiere» del Grammy: mejor álbum de música alternativa, mejor interpretación de rock y mejor ingeniería de un disco no clásico (Bowie aparece listado como uno de los ingenieros de «Blackstar»). En la última categoría superó a Prince, también fallecido el año pasado.
Adele y Mars trabajaron horas extra en el escenario y actuaron dos veces cada uno. Adele inauguró la velada con «Hello» y Mars y su banda dieron una memorable interpretación de «That’s What I Like», mientras Jennifer López, Faith Hill y Rihanna lo miraban con atención, impresionadas.
Chance the Rapper obtuvo el primer premio de la ceremonia en vivo, al mejor artista nuevo. Previamente ganó en la categoría de mejor interpretación de rap.
«Gloria a Dios. Recibo este premio en nombre del Señor. Quiero agradecerle a Dios por mi madre y mi padre que me apoyaron desde que joven», dijo Chance the Rapper en el escenario del Staples Center en Los Ángeles.
James Corden, por primera vez anfitrión de la velada, rapeó parte de su monólogo al principio del espectáculo, mencionando a Prince, Rihanna y Drake.
La hermana menor de Beyonce, la querida de la crítica del R&B Solange, ganó su primer Grammy, a mejor interpretación de R&B. Era la primera vez que estaba nominada
Drake, quien no asistirá a la gala central, ganó los premios a la mejor canción de rap y mejor interpretación de rap y canto por su éxito «Hotline Bling». Chance the Rapper, nominado a siete premios, obtuvo el de mejor interpretación de rap por «No Problem», con lo que también salieron honrados Lil Wayne y 2 Chainz.
«Can’t Stop the Feeling!» de Justin Timberlake, también nominado a un Oscar, se llevó el Grammy a la mejor canción escrita para un medio audiovisual: su éxito No.1 de la cinta animada «Trolls». Hillary Scott de Lady Antebellum recibió dos Grammy en la categoría de música cristiana por el álbum que grabó con su familia. Scott, que ha ganado siete Grammys con Lady A, lloró al aceptar ambos premios en el escenario.
«Hemos estado llorando desde que este proyecto empezó», dijo su padre, Lang Scott.
The Chainsmokers ganaron el premio a la mejor grabación dance por su éxito «Don’t Let Me Down», mientras que Sturgill Simpson se alzó con el premio al mejor álbum country por «A Sailor’s Guide to Earth».