La posibilidad de ser campeón por segundo año corrido en la Liga de las Américas FIBA y “saborear el éxito” una vez más, está en la mente del estadounidense Zach Graham, refuerzo importado de los Guaros de Lara, en cada doble jornada de trabajo a las órdenes de Jorge Arrieta en el Domo Bolivariano de Barquisimeto.
El jugador de 27 años de edad fue parte fundamental en el título obtenido en marzo de 2016 y luego también alzó la Copa Intercontinental FIBA en Alemania en septiembre. Como la base criolla del grupo, ansía conseguir el mismo resultado en la Liga Profesional (LPB), asignatura pendiente.
Cree que con las prácticas de los últimos días se ha avanzado con respecto al rendimiento en Monterrey, México. “No habíamos tenido mucho tiempo de trabajar juntos antes de viajar y sin embargo lo hicimos muy bien, mostramos que tenemos potencial para mejorar. El entrenador nos ha hecho trabajar duro cada día y eso ha mejorado nuestra química, nuestra identidad y lo que somos. Estoy ansioso por jugar la segunda ronda”, dijo Graham a EL IMPULSO.
Le ha gustado el trabajo bajo el comando de Arrieta y el ambiente que hay en el grupo. “Desde que él (Arrieta) llegó, nos dijo que creía y confiaba en nosotros y escuchar eso es algo muy bueno para un jugador, por lo que se la devolvemos. En este momento somos una familia, venimos a la práctica con la mente en trabajar, trabajar y trabajar. En la segunda ronda mostraremos lo que hemos practicado e iremos a disfrutar del juego”.
En el intento por lograr una segunda corona al hilo, estima fundamental “enfocarnos en nosotros, porque tenemos el scouting de los otros equipos para ayudarnos, pero mientras nosotros hagamos nuestra parte, lo que se supone que debemos saber, lo demás va a funcionar. Aunque no estemos en nuestra cancha, ir a otras nos permitirá hacerlo mejor cuando estemos aquí para nuestra liga”.
Elogió a sus nuevos compañeros. “Leon Rodgers es un veterano que vino y sabía lo que tenía que hacer, trabajó duro y fue brillante. Alex Abreu es un impulso de energía, un jugador duro de mente y fuerte en ataque y defensa que nos ayuda porque cambia el ritmo de juego de distintas formas. Elvis (Báez) ha estado escuchando y aprendiendo de Heissler (Guillent)”.
Reconoce que se siente muy a gusto en la ciudad tras un año de trabajo. “Soy una persona muy religiosa y estoy agradecido y bendecido por el lugar en el que estoy, muy cómodo en Barquisimeto. Siento que todos aquí, desde la gerencia a los jugadores, somos una familia y por eso decidí volver. Es una motivación saborear el éxito y uno quiere seguir en eso. Todos aquí lo han hecho. Es por eso que no descanso y quiero jugar muchos años más”.