El carácter autoritario del gobierno cívico-militar que preside Nicolás Maduro, ha quedado en evidencia frente al mundo democrático, mientras la convicción democrática de la Mesa de la Unidad (MUD) le ha demostrado, que la crisis política, económica y social que se vive y se sufre en nuestro país es responsabilidad de un régimen que no cree en la alternabilidad ni en la democracia como sistema de gobierno.
Aunque su Santidad el Papa Francisco y sus representantes en la Mesa de Diálogo en Venezuela, han actuado de buena y la oposición ha confiado en la posibilidad de que el peso de los valores espirituales de la Iglesia Católica podrían contribuir a encontrar un solución democrática, pacífica y electoral, a la severa crisis que atraviesa nuestro país, los resultados de esa mediación, acompañada por los expresidentes Rodríguez Zapatero, Torrijos, Fernández y Samper en nombre de UNASUR, no han sido ni serán cumplidos por el gobierno de Nicolás Maduro.
Los presos políticos no sólo siguen tras las rejas, la mayoría que existía para el momento cuando se realiza el diálogo, sino que hoy hay más secuestrados políticos en las cárceles nacionales. Algunos con juicios amañados, como es el caso de Leopoldo López, o sin juicio alguno como el del Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma. Más decenas de jóvenes contestatarios que reclaman el cumplimiento de sus derechos constitucionales por parte del régimen autoritario de Maduro.
La crisis humanitaria se ha agravado, porque el hambre se ha extendido a miles o tal vez millones de venezolanos, que no pueden satisfacer sus necesidades alimenticias y de salud fundamentales, lo que ha conducido a muchos a hurgar en las bolsas de basura en búsqueda de despojos de restaurantes y casas de familia.
El Poder Legislativo sigue cercado política y económicamente, tanto por la utilización del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) como instrumentopara boicotear todas las leyes que aprueba la Asamblea Nacional, como por ordenarle al Ministerio de Finanzas que no le entregue el presupuesto que por disposición constitucional le corresponde.
El cronograma electoral aprobado en la Mesa del Diálogo, no ha sido elaborado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), cuya mayoría sigue instrucciones del Poder Ejecutivo. Algunos analistas y políticos dudan que se puedan realizar las elecciones para gobernadores, cuyo período se venció en diciembre de 2016, y ya fueron pospuestas por el órgano llamado a defender el derecho de los ciudadanos a ejercer su voto.
Y ante este panorama, según palabras del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, al gobierno de Maduro, no ha podido avanzar, por respeto a la presencia del Vaticano y en espera de nuevos resultados, a pesar de que la crisis humanitaria y política se ha agravado en nuestro país.
De allí que tanto el diputado Henry Ramos Allup como otros importantes dirigentes de la oposición, hayan manifestado, con razón, que no se puede asistir o estar presentes en un diálogo que sólo ha servido para otorgarle un poco de oxígeno a un gobierno que viola los Derechos Humanos y la mayoría de los artículos de Constitución Nacional. Para regresar a la Mesa de Diálogo es necesario que el gobierno cumpla con los acuerdos aprobados en sesiones anteriores de la Mesa respectiva. Y si el régimen no cumple, solicitarle al Secretario General de la OEA que adelante las gestiones para que la mayoría de los países latinoamericanos, resuelvan aplicarle la Carta Democrática.