Volvemos a comenzar la época de verano en el territorio nacional.
Los venezolanos hacen planes para disfrutar de las bellezas de nuestro país y realizar la preparación de las tierras que en el invierno necesita para la producción agrícola y pecuaria. Es a la vez el tiempo ideal para que los gobernantes a todos los niveles territoriales realicen los trabajos programados de reparación de las vías terrestres, del asfaltado y muchas otras acciones que garantizan esa época de verano.
He asistido a algunas conferencias en donde se manifiesta la preocupación de técnicos y gobernantes por ese próximo verano, con la participación activa del fenómeno del “Niño”, y es ahí donde surgen muchas preocupaciones, puesto que la escasez de agua para todas las actividades de consumo humano y producción agrícola y pecuaria son determinantes, aunado a ello la clásica costumbre de no enfrentar con decisión los continuos incendios forestales a orillas de carreteras que de inmediato afectan grandes extensiones de bosque.
Tímidamente se está informando de la racionalidad que se debe tener en el consumo del agua, puesto que se prevé que las represas existentes pueden llegar a colapsar y si bien es cierto que eso puede suceder, hay que entender que la responsabilidad en su momento es de quienes aun sabiendo las causas y consecuencias siguen viendo los toros desde la barrera, culpando de los males a un fenómeno natural aunque con planificación y trabajo sostenido se puede neutralizar los efectos negativos.
Es mucha tela la que hay que cortar, todo no es dinero y cuando hay que echarle la culpa a alguien sale demasiada barata la irresponsabilidad. No hay equipos, no tenemos apoyo y pare de contar para justificar el aumento de tarifas desmedidas para el cobro del agua para el consumo humano y no hay que ir muy lejos para ver las cantidades de fugas y desperdicios de agua en las ciudades y es en un alto porcentaje el problema por arriba del fenómeno del “Niño”, y qué bonito, decente, disciplinado y cordial oír las respuestas dadas por una señorita cuando se le informa por teléfono una avería, una fuga de agua en la que por motivos de seguridad se está grabando la comunicación para dar respuesta a un servicio de mentira, eficiente, en donde, por los momentos los operarios están ocupados y después de tomado el reporte con el consabido número, las cuadrillas ya están informadas y pasan seis y más meses sin solucionar esa pérdida de agua que posteriormente es culpa absoluta del mal servicios y de la irresponsabilidad de quienes les compete, que no quieren entender que con propaganda y dinero no se solucionan los problemas y que la mentira siempre saldrá a la luz.
En lo positivo lo escrito en este artículo puede ser reflejado en los reportes de los botes de agua, de urbanizaciones de todo Iribarren, en especial de la Urbanización Santa Elena, que aun no han sido atendidos.
Consciente y convencido por los tantos avisos publicitarios sabemos que estamos gobernados por un gobierno eficiente, ¿por qué no se demuestra esa eficiencia en estas peticiones? Da pena y tristeza el viacrucis que es cancelar este servicio. Cada día llegan mas abultados los recibos y las tremendas colas que hay que hacer, que es como un vejamen a la colectividad y que no debería existir, ya que cuando se habla de eficiencia debe ser ejemplo indiscutible para el mundo.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la Paz, la Convivencia, el Respeto y la prosperidad de nuestro país……
