En 1989, luego de manejar un discurso populista y recordando las bonanzas de su primer gobierno, CAP es elegido nuevamente presidente y a los 15 días de haber asumido el cargo (el cual fue celebrado como un reinado) se anuncia un paquete de medidas de liberación económica (precios, tasas de interés, aranceles, entre otras) cuya consecuencia produjo la movilización popular espontánea más grande en la historia del país, como repudio no solamente a estas medidas violentas y desequilibradas sino como producto del cúmulo de odio, y rechazo dado a las desigualdades e injusticias de carácter históricos.
Ante la carencia de canales de participación política, frente a un Estado y unos partidos que se habían alejados del pueblo y solo lo tomaban en cuenta en días de elecciones, la gente tomó las calles, en saqueos, disturbios, solo el más brutal genocidio pudo socavar “temporalmente” el clamor popular. Militares y políticos asesinos y corruptos fueron presentados como salvadores de la mal llamada democracia. En efecto la salvaron para su beneficio unos años más, pero la población había despertado y junto a los militares honestos y patriotas se organizaban para continuar la lucha. El neoliberalismo había sido derrotado por el poder popular, en el contexto internacional de caída de la URSS, donde muchos decretaban el fin del socialismo y los EEUU imponía plenamente su hegemonía, en América Latina surgía una esperanza .
Estas son, entre algunas otras, las causas que van a explicar los sucesos del 4F, el 27 N, hasta llegar a la salida de CAP de la presidencia, lo cual parecía imposible, que en forma pacífica y por la vía jurídica, ocurriera. En demostración de la cultura democrática del venezolano nada ocurrió, a pesar de los intentos de saboteo, sobres bomba, para crear un clima de tensión, en Venezuela nada ocurrió.
En este contexto, Rafael Caldera, (quien se encontraba en la reserva, después de una aplastante derrota en su partido Copei por parte de Eduardo Fernández) gracias a su posición aparentemente justificadora -mejor decir manipuladora- de los sucesos del 4F, en 1993 llega por segunda vez a la presidencia, pero a igual que el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez continúa con las medidas económicas liberales, llegando al extremo del entreguismo con la mal llamada apertura petrolera, a nuestro parecer igual o peor a lo ocurrido en tiempos de Gómez.
A pesar de llamar a la refundación del pacto de Punto Fijo poco se logró, la tripartita entre el Estado-Empresarios-Trabajadores, al final sirvió para despojar a estos últimos de sus prestaciones sociales. Para colmo en 1994 estalla la crisis financiera producto de la desvirtuada política económica del gobierno de CAP. Esta situación nacional es lo que explica -entre otros elementos- no solo la llegada de Chávez al poder en 1998, sino la más transcendental, el inicio de la conquista del poder para un pueblo que ya no podrá ser más mancillado y traicionado por elite alguna.
Hoy el venezolano es totalmente distinto al hombre pasivo de hace 25 años atrás, el venezolano se transformó políticamente, no importa que esté a favor o en contra del chavismo, hoy todos los venezolanos son distintos: participan, se organizan, debaten públicamente, ya los medios de comunicación, hasta los más elitescos, ya no son solo la tribuna de una camarilla política, sino que han tenido que abrirse antes los nuevos escenarios políticos nacionales.
El venezolano se expresa, ya no siente vergüenza de su condición, ni la de ser venezolano, pobre, afrodescendiente o indígena, niño, obrero, mujer, están organizados, ocupan espacios políticos, plantean abiertamente sus opiniones frente a un concejal, un alcalde, un gobernador, un ministro y hasta con el propio presidente. Esto no existía hasta 1998, fue el producto de los cambios ocurridos con el presidente Chávez.
Pedro Rodríguez Rojas
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