Emily Estefan se sentía tan inhibida por ser la hija de la superestrella cubana Gloria Estefan que evitaba cantar frente a cualquier persona hasta que cumplió los 18 años. Durante unas vacaciones en la casa de playa de su familia en Florida, se atrevió a cantar para su madre, pero le pidió que no la viera ni llorara.
«Estaba temblando, temblando, temblando. Todo el cuerpo me temblaba, pero lo hice», dijo Emily Estefan, quien tiene ahora 22 años.
Entonces Gloria la vio y empezó a llorar.
Cuatro años después, la joven Estefan debuta con el álbum «Take Whatever You Want», que lanzó el viernes como una declaración de independencia.
«Me siento honrada de venir de esta familia. Me encantaría gritarlo desde las montañas y que también me reconozcan como persona», dijo.
Emily ya había estado siguiendo los pasos musicales de sus progenitores.
Su padre, Emilio Estefan, es uno de los productores más grandes de la música latina y fundó la banda que convirtió a Gloria Estefan en una estrella. La joven sabía tocar guitarra, teclado y batería y estudiaba en la prestigiosa Berklee College of Music en Boston.
Pero no fue hasta esa noche que se dejó ir, que se desató la inspiración para convertirse en cantautora.
Cuando regresó a Berklee tras esas vacaciones de invierno, comenzó a pasar las primeras horas de sus mañanas escribiendo canciones enérgicas sobre libertad, creando la letra y la música de cada instrumento en su álbum con influencias de jazz y soul.
En una entrevista en la mansión de sus difuntos abuelos, en una exclusiva isla entre Miami y Miami Beach, Estefan reconoció que tiene unos «zapatos enormes que llenar» como heredera de los hacedores de éxitos como Conga y 1-2-3.
«Nunca seré ellos», dijo de sus padres, pero agregó que «el momento en el que dices que nada de eso importa es que te das cuenta de que lo amas, y lo amas lo suficiente como para dedicarte a esto. No importa cuál sea el resultado, siempre y cuando sea honesto».