Enamorarse es lo más sabroso del mundo. Sentimos que volamos por las nubes, que viajamos en el tren de la felicidad y que estamos dispuesto a entregarlo todo por el otro, aún y cuando parezca imposible. Sin embargo, nadie ha dicho que sea una tarea fácil y todo logro, requiere de esfuerzo… ¿Asumes el reto? Nuestra entrevistada, está dispuesta a ayudarte
Bien dicen que en la variedad está el gusto y cada persona tiene a alguien especial que ha logrado tocarle el corazón o que se encuentra aguardando, para enrumbarse en la aventura de conquistar. La clave está, en propiciar momentos como salir al cine entre amigos, almorzar con los compañeros de trabajo o asistir al cumpleaños del sobrino, quizás, en cualquier momento, conozcas a ese alguien que puede convertirse en lo que tanto esperas.
Según la licenciada Zulma Camacaro, psicóloga y magister en orientación sexual, luego de conocer todo inicia con una etapa de filtreo, donde dos personas descubren una conexión física, que al compartir, se convierte en algo más profundo, despertando sensaciones difíciles de explicar. Durante este proceso, cuenta mucho la manera de vestir, los cruces de miradas o el olor del perfume que usa. Muchos dicen que dentro de ella, cabe el amor a primera vista.
Luego de unas cuantas salidas, inicia entonces lo que conocemos como el noviazgo o la etapa de enamoramiento, donde la dama o el caballero crean un espacio para permitirse conquistar o ser conquistado, durante un plazo aproximado de un año y medio. “Es un tiempo en el que te lanzas a lo desconocido, en el que quieres saber mucho más sobre él o ella y en el que disfrutas de compartir momentos a su lado”, comenta la especialista.
El gran error: idealizar
Hasta los momentos, todo marcha bien, sin embargo, las cosas cambian cuando buscamos idealizar, percibiendo a la otra persona según nuestras propias experiencias, es decir, interpretando sus conductas, acciones o modo de vida desde una óptica subjetiva y obviando que es un ser humano como cualquier otro, con fortalezas y debilidades.
De allí que la responsabilidad de sentirse bien en la relación, dependerá más de uno mismo que del otro. “Hay una cultura de ver a esa persona como el complemento y la felicidad, cuando realmente, lo que ella pretende es encontrarse con alguien y es esto, el deber ser. Por eso, la primera recomendación es conocerse así mismo, para luego dar un espacio a ese ser especial, sin olvidar cual es el objetivo final” explica Camacaro.
Claro está, lo más importante es ser feliz, pero si esa felicidad parte de una aceptación individual, todo será mejor. Se trata de fusionar mi esencia, personalidad, gustos e intereses con los de la otra persona, para cultivar así, un amor verdadero.
El velo “de lo bonito”
También, en la etapa del enamoramiento, buscamos presentarnos ante el otro con todo lo positivo que tenemos y ese aspecto, según Freud, se conoce como velo narcisista, que aunque mantenga la fantasía durante los primeros meses dejándonos ver únicamente “lo positivo”, es importante que poco a poco se vaya cayendo, para presentar lo que somos, sin límites ni prejuicios, en un proceso de humanización.
Si existe empatía, se debe generar la aceptación del otro y por consiguiente, el enamoramiento progresivo. No obstante, es importante no caer en la perdida de la autonomía al dejarse llevar por un enamoramiento muy marcado o incluso obsesivo, que termina en codependencia.
La licenciada comenta que actualmente muchos conflictos de pareja se deben al poco entendimiento con respecto a estos y a muchos otros aspectos. Por lo tanto, es importante aclarar que cada proceso es diferente y que así como lograron conectar como pareja, también pueden desertar a tiempo, dándose cuenta antes de comprometerse, que sencillamente no coinciden del todo o que viven etapas o situaciones distintas.
En definitiva, para el éxito de dos, es ideal aceptarse en medio de las diferencias, mantener los espacios de cada uno y demostrar en todo momento confianza, seguridad y determinación, en un marco de comunicación y por supuesto, de respeto.
Consolidando el amor…
Luego de experimentar el amor, el reto es consolidarlo y ésta, es la última etapa. Acá se vive algo maduro, sensato y sin tanta fantasía, pero en la que debe procurar mantenerse siempre el romanticismo. Durante la misma, se demuestra un amor con mayor aceptación, que respeta por completo gustos e intereses, procurando la flexibilidad en cuanto a las cosas y donde el diálogo y el acuerdo se encuentran a la orden del día.
Por otro lado, como toda relación estable hay decisiones en conjunto pero por encima de todo, reina el hecho de la autenticidad y el amor sincero, entregado y recíproco. “Te respeto, desde tu forma de vestir hasta la manera en la que te relacionas con los demás y eso lo hago porque te amo y porque eres importante para mí”, puntualiza Zulma.
El estar plenamente entregado a una persona en el marco de lo bueno, generará el poder compartir alegrías y tristezas, el perseguir sueños en conjunto, el poder seguir volando entre las nubes y el poder viajar en el tren de la felicidad. Así mismo, para cazarse hay que estar seguro si realmente es lo que se quiere y contactar con la emoción interior para poder reafirmarlo. Si estás listo para todo ello, asume el reto… ¡Y que comience la aventura!
“Al momento de enamorarnos, no podemos olvidar que cada uno tiene un autoconcepto diferente y por ende, una autonomía”
Informacion: Instgram @Psicomarsex
