En las oficinas del SAIME en Lara, las personas que necesitan renovar sus pasaportes o cédulas de identidad llegan ligando a la suerte para salir airosas de sus gestiones, debido a la falta de información.
Eso originó este viernes una airada protesta de la multitud que desde las primeras horas de la madrugada se congregó frente a la oficina Jacinto Lara, en la avenida del mismo nombre.
“Nosotros llegamos a las tres de la madrugada para renovar el pasaporte y a esta hora (9 y media), no sabemos si nos van a atender porque dicen que sólo son 80 cupos y no hay quien informe oficialmente”, dijo una señora en la larga cola frente a la sede.
Casos como ese se multiplicaron hasta que un grupo de los que hacían colas, cansados de tanta incertidumbre, se ubicó en la avenida interrumpiendo el tránsito durante algunos minutos.
En la entrada a la oficina, algunas personas, aparentemente funcionarios, trataban de calmar a la multitud, aunque no faltaba el que lo hiciera con amenazas de “ponerles los ganchos”.
Iris García y Pedro Carrasco llegaron a las 6 de la mañana procedentes de Carora y, pacientemente, parados, esperaban tramitar la renovación de sus pasaportes.
No entienden las razones por las cuales al municipio Torres, con una población cercana a los 500 mil habitantes, le hayan eliminado la oficina del SAIME que existió durante varios años.
Dijeron que la cita la consiguieron rápido, aunque tienen informaciones según las cuales, una vez hechos los trámites, tendrán que esperar varios meses para que les lleguen los pasaportes.
“Algunas personas los tramitaron en agosto y todavía no los han recibido”, manifestó una joven a su lado.
Erasmo Mujica, otro de los que esperaba tramitar el documento de viaje, también llegó antes de las seis y por haber levantado la voz recibió una amenaza de arresto por parte de una mujer que actuaba como funcionaria de la oficina.
En el caso de Mujica no pasó de la amenaza, aunque testigos afirmaron haber visto cuando la Guardia Nacional se llevó detenido a un hombre que pidió la presencia de alguna autoridad que informarasi iban o no a tramitar pasaportes.
Sobre la llegada de los nuevos documentos no hay información oficial en el interior del país pues el único autorizado para hacerlo es el director nacional, Juan Carlos Dugarte, quien estaría en Alemania tramitando la adquisición de policarbonato, indispensable para la elaboración de las libretas.
Cerca de las 9 comenzaron a pasar a los niños que también llegaron con padre o madre, antes de aclarar el día, para, por primera vez, sacar sus cédulas.
Muchos de los adultos se preguntaban las razones por las cuales el SAIME no ha vuelto a los tradicionales operativos especiales de cedulación y, en cambio, si los están haciendo para el llamado Carnet de la Patria.
En la oficina de la avenida Lara, quienes estaban en puestos de adelante en las colas salieron después de la una de la tarde, aunque, de acuerdo a lo que pudieron escuchar de los funcionarios, la jornada se extendería hasta las 4 o 5.
“Ahora a esperar y rogarle a Dios llegue el material para recibir el pasaporte porque lo único que me dijeron fue que después de un mes estuviera pendiente”, manifestó una de las damas al salir luego de más de 7 horas de pie en la fila.
Mientras eso ocurría en esa oficina, en la de El Ujano había menos personas, en su mayoría con las mismas esperanzas de, al menos, procesar sus pasaportes para comenzar a planificar el ansiado viaje al exterior. Lo mismo ocurría en las de El Tocuyo y Duaca.