El primer mes del año cerró con 10 muertes maternas dentro de las instalaciones de la Sala de Partos del Hospital Central Antonio María Pineda, Hcamp.
El director del centro de salud, Marcial Daza, asegura que es una cifra alarmante y que retumba por toda Venezuela dado que el resto de los hospitales del país esconden sus números y la realidad de lo que acontece. “Somos los únicos que dicen las cosas como deben ser”.
Sin embargo, aseguró que es una situación que no habla mal del hospital, en líneas generales, sino de la crisis que se vive en la nación.
El 50% de las parturientas que fallecieron eran pacientes con hipertensión arterial que no se habían controlado durante el embarazo y tenían una muy alta probabilidad de sufrir preeclampsia. Otra de ellas sufría de pancreatitis aguda y no estaba correctamente medicada.
Daza destacó que tan solo cuatro pacientes pertenecían al municipio Iribarren, cinco de ellas fueron trasladadas de otros municipios en pésimas condiciones de salud y la última de ellas venía de Portuguesa.
“Hay muchos factores que incidieron en el fallecimiento de las parturientas. En su mayoría las pacientes se encontraban mal alimentadas, no habían realizado los estudios y cuidados necesarios que exige un embarazo y algunas de ellas pasaron nueve meses con sus bebés en las colas para comprar comida o pañales”, expresó Daza.
Ante esta situación, la dirección del hospital ha mantenido reuniones con el Ministerio de Salud, Fiscalía, Defensoría del Pueblo y autoridades de otros centros de salud en la entidad, para analizar cada uno de los casos y tomar las medidas necesarias a fin de corregir la situación.
“El año pasado atendimos 10.000 partos en todo el año. Es decir que somos el hospital más operativo de toda la región. Estamos enfocados en tomar medidas positivas y no queremos que se politice el tema dado que lo culpable es algo multifactorial y no es una situación inherente dentro del hospital”, subrayó la máxima autoridad del centro de salud.
Daza destacó que en este mes recibieron más de 20 pacientes potenciales a fallecer, sin embargo, con un arduo trabajo las lograron estabilizar y evitar otros niños huérfanos.
En tanto, un trabajador del hospital cuyo nombre no quiso revelar, aseguró que la cifra real eran 20 muertes maternas ocurridas en el mes y que en su mayoría, las pacientes eran menores de edad y no tenían aptas condiciones para afrontar un parto o cesárea.