Nefastas son las condiciones dentro del Hospital Central Antonio María Pineda. Es un inconveniente denunciado hasta más no poder por los principales afectados como pacientes, familiares y trabajadores de la institución.
Para nadie es seguro cuándo cesarán las penas dentro de este centro de salud, lo único cierto es que tanto el ministerio de Salud como la gobernación del estado Lara se culpan mutuamente acerca de las desgracias y condiciones deplorables que ya no se pueden esconder. Así lo refirió un grupo de trabajadores de la emergencia que prefirieron mantenerse en el anonimato.
No solo la falta de insumos y medicamentos es notable dentro del hospital, sino el nulo mantenimiento en los instrumentos y utensilios que están “operativos”. El licenciado en enfermería Aldrin Jaramillo informó que gran parte de las camillas están repletas de gusanos, el alumbrado está deteriorado y la ventilación se ha dañado por completo. Ni siquiera los baños funcionan, ya que según el especialista el lugar está cundido de aguas negras.
“El llamado es a que el gobernador Henri Falcón se enfoque de verdad a trabajar dentro del hospital. Estamos cansados de dejarlo todo en denuncias y que nunca suceda nada, queremos una solución”.
Jaramillo destacó que el reclamo va dirigido de igual manera a la viceministra de Salud, Linda Amaro, quien supuestamente se encargará de atender y suplir de insumos al HCAMP. “Yo apoyo al que aporta”.
El paciente es un negocio
Otro trabajador, cuyo nombre no quiso revelar hizo hincapié en cómo el paciente se ha convertido en un negocio dentro del hospital.
El centro de salud no cuenta con ambulancias y al lugar acude una línea que cobran cantidades excesivas, un viaje sencillo cuesta mínimo 30.000 bolívares. Ni siquiera en el Banco de Sangre tienen tubos de ensayos ni reactivos en los laboratorios.
“No es posible que uno llegue acá con una apendicitis y debamos comprar todo. Cada paciente debe gastar por los menos 200.000 bolívares para incluir el kit, compresas, suturas y otro tipo de cosas. Se supone que la atención dentro del hospital debería ser gratuita”, expresó el afectado anónimo.
Otro de los factores altamente denunciados por los familiares de los pacientes es la pérdida de la sensibilidad humana. La madre de Jaramillo falleció hace tres días. El denunciante duró más de 15 días cuidando una camilla donde sería atendida la paciente, pero nunca pudo obtener el cupo, a pesar de que es un trabajador que hace vida dentro del hospital. “Nadie nos está garantizado un servicio de salud óptimo. En este país no estamos para pagar una clínica y donde deberían atendernos gratuitamente nos afecta o la escasez de medicamentos, dinero o la falta de cuidados óptimos por parte del personal”.