Al técnico Rafael Dudamel y a los jugadores les dolió -cómo no- haber dejado escapar un triunfo seguro a cuatro minutos para el final. Para mayor amargura, perjudicados por una sentencia arbitral muy dudosa, en una intervención aparentemente limpia del portero Wuilker Fariñez cuando se arrojó para cortar un balón al que casi llegaba el atacante Juan Camilo Hernández. Ni modo, toca pasar la página, el empate 1-1 frente a Colombia es cosa del pasado.
Les toca al entrenador y a sus dirigidos mirar hacia el futuro, porque a la vuelta de la esquina, mañana, le hacen frente a un duelo crucial, quizás el más importante del hexagonal final del Suramericano sub20, ante el anfitrión Ecuador. No hay dudas, se trata de un duelo de esos llamados “bisagra”, que puede catapultar o condenar.
Las opciones de la Vinotinto sub20 siguen siendo amplias. Depende de sí misma. Su empate ante Colombia se combinó con otro armisticio entre Brasil y Ecuador y ello provocó que no haya mayores distancias entre los elencos participantes en la fase final del torneo, más allá de que Uruguay haya dado un gran golpe al imponerse a Argentina (3-0) en el clásico del Río de la Plata.
Los celestes están de primeros en la llave con tres unidades y le siguen brasileños, ecuatorianos, colombianos y venezolanos con un punto, además de argentinos, que no tienen contables. Todos tienen oportunidades vivas, porque de los seis finalistas, cuatro reciben el premio de clasificar al Mundial de Corea del Sur.
Venezuela puede dar un paso gigante mañana. Un triunfo es poner pie y medio en la Copa Mundo juvenil, pero un empate supondrá un buen resultado. En todo caso, la premisa es no perder.