Así como ciertas personas coleccionan libros, discos o estampillas, la Universidad de Michigan colecciona videojuegos al considerar que son parte intrínseca de la cultura contemporánea.
Desde los antiguos como «Pac-Man» y «Frogger» hasta los modernos «Call of Duty» y «Halo», unos 7.000 videojuegos están incluidos en la colección de esa casa de estudios ubicada en Ann Arbor, Michigan.
«Es importante tener una colección como esta porque los videojuegos son parte de nuestra cultura contemporánea», declaró Dave Carter, quien fundó en el 2008 el Archivo de Videojuegos y Computadoras (CVGA).
Carter se graduó de ingeniero electrónico, con especialidad en óptica y ondas de radio. Es un empedernido fanático de los videojuegos y todavía recuerda cómo le gustaba jugar el Atari 2600 cuando niño.
«Si a los 12 años alguien me hubiera dicho que este iba a ser mi trabajo, hubiera pensado que estaba soñando», expresó con una amplia sonrisa. La colección está abierta al público.
Carter dice que no puede hablar de las colecciones de videojuegos que tienen otras universidades, pero «ciertamente somos unos de los primeros que abrimos nuestras puertas y permitimos que venga cualquiera y juegue sus videojuegos por su cuenta».
Jeremy Bolen, empleado de un restaurante de Ann Arbor, visita el centro unas tres o cuatro veces por semana.
«Es maravilloso que esta colección tenga prácticamente todos los videojuegos que a uno se le pueda ocurrir «, manifestó Bolen. «Cualquier videojuego que uno quiera jugar, está allí disponible».
La colección estaba inicialmente ubicada en el segundo piso del Duderstadt Center, donde están las colecciones de arte, arquitectura e ingeniería, pero fue trasladada en el 2011 a un espacio más amplio en el sótano.
Para ingresar, solo hace falta dejar una identificación con la recepcionista y la historia de los videojuegos estará al alcance de cualquier interesado.
Usualmente se le pide a los jugadores bajar el volumen de lunes a jueves, pero la norma no se aplica con tanto rigor los viernes. Ese día se permite usar uno de los títulos más populares: «Super Smash Bros.»
La colección se financia mediante el Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Michigan, y tiene un presupuesto para comprar los videojuegos que vayan saliendo al mercado. Además acepta donaciones, que constituyen aproximadamente la mitad de su contenido.
Si bien sería magnífico tener todos los videojuegos creados en la historia, las limitaciones presupuestarias y la vertiginosa rapidez con que los juegos están saliendo al mercado hacen de ello un objetivo irrealizable.
«No podemos tenerlo todo, pero tenemos una buena y amplia representación de todos los diferentes tipos de juegos que han salido al mercado», en opinión de Carter.