Cada 31 de enero se conmemora el Día de San Juan Bosco, el apóstol de todos los jóvenes. Fue sacerdote, escritor y educador italiano, que se dedicó a ayudar a los niños de bajos recurso, especialmente en aquellos imposibilitados en obtener una educación.
Gracias a su dura infancia, este Santo siempre se preocupó por el bienestar de los más pequeños, motivo que lo llevó a fundar el Oratorio de San Francisco de Sales, para luego establecer las bases de la Congregación de Sacerdotes Salesianos, y en la rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Ambas organizaciones estaban dedicadas a la enseñanza de niños pobres.
En la actualidad la orden salesiana cuenta con más de 17.000 centros en todo el mundo, con 1.300 colegios y 300 parroquias, aproximadamente.
San Juan Bosco falleció el 31 de enero de 1888, en Turín, a la edad de 72 años. Más de 300 mil personas acudieron a su entierro. Fue beatificado el 2 de junio de 1929 y canonizado el 1 de abril de 1934, por el Papa Pío XI. Su estatua fue puesta en un nicho reservado a los santos fundadores de órdenes religiosas en la Basílica de San Pedro, como había soñado mientras vivía.