Más que un capricho aprender otro idioma es una necesidad: amplía la cultura general, sirve como una carta de presentación y contribuye, sin duda alguna, a la realización personal y profesional. ¿Te gustaría conocer cómo integrarlo en tu día a día? A continuación te presentamos algunas técnicas y recomendaciones…
Concéntrate en la meta
Si no existe un buen motivo para aprender a hablar otro idioma, es muy probable que desfallezcas en el intento, por lo tanto, es fundamental tener clara la meta y comprometerte contigo mismo.
Bien dicen que la práctica hace al maestro y por allí debe comenzar todo: practicando, practicando y practicando. Piensa que lo mejor de todo, es que además de poderlo hablar o escribir para comunicarte con otros, estarás sumergiéndote en otra cultura, desarrollarás otras habilidades que quizás no conozcas y tendrás un nuevo motivo para sentirte realizado.
Matthew Youlden, especialista en sociolingüística, considera que se trata de “adaptar la manera en la que piensas a la manera en la que pensarías bajo ese idioma”, agregando que el truco está en usarlo, para construir la propia realidad idiomática.
Aprovecha todas las influencias posibles
Ve películas y series de televisión en el idioma que estás aprendiendo, además, lee libros y escucha audiolibros, programas de radio online y algunos podcast. Por supuesto, es indispensable escuchar música, tratando siempre de entender la letra.
Otra idea es leer noticias en ese nuevo idioma e ingresar a todos los websites que normalmente visitas pero con traducción. También puedes revisar etiquetas de cereales, champú o prendas de vestir y divertirte de cualquier forma que sea creativa: graba audios y compártelos con amigos, dibuja un cómic, escribe poemas e inventa juegos o dinámicas grupales.
Es necesario atreverse a aprender como lo hace un niño, jugando con la lengua y dispuesto a cometer errores sin esquemas o barreras preestablecidas. Generalmente, los adultos dicen “no sé” en vez de “no he aprendido eso todavía”, existiendo en esa expresión un cierto bloqueo o negatividad, así que la idea es admitir y aceptar que no lo sabes todo, que el crecimiento será progresivo y que estas dispuestos a dar lo mejor de ti.
Escucha y presta mucha atención
Primero debemos aprender a escuchar antes de aprender a hablar. Cualquier idioma suena extraño la primera vez que lo escuchas, pero cuanto más lo escuchas, más familiar se vuelve y más fácil será hablarlo. Tenemos la capacidad de pronunciar todo, solo que no estamos acostumbrados a hacerlo, por ello, debemos estar atentos y aprender a retener lo que estamos aprendiendo.
En tus ratos libres, repasa un poco el vocabulario, dedica más tiempo a aquellas cosas del idioma que se te dificulten y observa cuidadosamente a otros mientras dicen palabras y luego trata de imitarlos tanto como sea posible. Recuerda atreverte a abandonar siempre tu zona de confort colocándote en situaciones potencialmente embarazosas, esto puede dar un poco de miedo, pero es la única manera de desarrollarse y mejorar.
Por otro lado, no temas consultar con expertos, tal vez sea la pronunciación, la gramática o la sintaxis y si no preguntas, no saldrás de dudas ni corregirás errores. Según especialistas en la materia, lo más importante es tratar de desarrollar el “sentido del idioma”, como si fueras un hablante nativo, haciéndolo tuyo.
Encuentra un compañero
Matthew aprendió varios idiomas junto a su hermano gemelo Michael y el primer idioma lo abordaron cuando tenían apenas ocho años, traemos este caso a relucir no por la edad (pues no existen límites si se quiere aprender) sino por lo importante de aliarnos con alguien que se encuentre en la misma sintonía y desee, al igual que nosotros, manejar un nuevo idioma.
Tener un compañero o amigo, te empujará a intentarlo y a estar siempre motivado. Así mismo, cuando avancen en el manejo y la comprensión, pondrán entablar una conversación y ayudarse mutuamente a corregir errores, mejorar la pronunciación de las palabras y a construir mejor las oraciones.
Si no aparece la persona con quien practicar, busca foros y chats de idiomas o incluso, apúntate en un grupo por redes sociales en el idioma que estas aprendiendo. En última instancia, habla contigo mismo y pregúntate cosas cotidianas, enseguida te darás cuentas de lo que no puedes o debes decir y de lo que debes repasar.
Utiliza la tecnología y hazlo parte de tu hobby
Cambia el idioma de tu teléfono, de tu navegador de internet, de tus aplicaciones, del GPS y de los videojuegos. Piensa en la cantidad de equipos tecnológicos que te rodean diariamente y modifica los que puedas; si por el contrario, eres de los que conserva lo tradicional o vives en la oficina o en tu lugar de estudio, compra tu agenda en ese lenguaje y pega notas adhesivas donde puedas con palabras que utilices diariamente.
Con respecto a tus hobbys ¿Practicas yoga? ¿Eres amante de la cocina? O ¿Te gusta pintar? Si vinculas el nuevo idioma con las actividades que más te gustan, estarás fijando la información de una mejor manera y por supuesto, ampliando tu vocabulario.