Los chinos en todo el mundo encendieron varitas de incienso, oraron en templos y visitaron ferias el sábado para pedir un inicio favorable del Año Nuevo Lunar.
Miles de personas se congregaron en los principales templos de Beijing en el primer día del Año del Gallo. Vestidos con abrigos gruesos de invierno, los fieles pidieron buena suerte y salud. Se esperaban 80.000 personas en el Templo de Lama, en el centro de Beijing, informó la televisión estatal.
Una feria grande se abrió en el parque Ditan de Beijing, donde se vendían comida y objetos tradicionales bajo las ramas desnudas de los árboles decoradas con faroles rojos.
Otras tradiciones de Año Nuevo son comer empanadillas en el norte de China y encender fuegos artificiales. Los niveles de contaminación se dispararon el viernes por la noche y el sábado por la mañana en Beijing y otras ciudades, según medios locales, a pesar de que el gobierno de Beijing pidió a los miembros del Partido Comunista y al personal del gobierno que no encendiera petardos.
La población de ascendencia china y otras comunidades del mundo celebraron el feriado con festejos y visitas a templos.
El inicio de las celebraciones el viernes por la noche reunió multitudes en Hong Kong y Malasia. En Río de Janeiro, la gente vio espectáculos de danza y tai chi ante una imagen de la famosa escultura de Cristo el Redentor.
En Nueva York, las celebraciones incluyeron fuegos artificiales sobre el río Hudson. En Pyongyang, Corea del Norte, una gran multitud puso flores delante de estatuas de bronce del líder fundador Kim Il Sung y su hijo, Kim Jong Il.