La novena de los Cardenales de Lara tendrá que esperar un año para intentar conseguir el título, que se le ha hecho esquivo, en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) al volver a caer en una gran final por décima ocasión.
El trago amargo del subcampeonato vuelve a la organización tras perder en siete duros juegos en la 2012-2013 contra los Navegantes del Magallanes.
En su regreso a esta instancia, falló en el intento con un club que parecía reunir los elementos para quedarse con el cetro. El elenco larense tuvo problemas defensivos importantes, principalmente en los jardines. En el bosque derecho, Rangel Ravelo, y en el izquierdo, Jairo Pérez, no lograron hacer las jugadas para el club. Aunque Lara llegó hasta la final con ambos peloteros, en esta oportunidad no lograron responder.
El grupo de tiradores larenses se vio afectado y cuando les correspondió intentar palear los errores defensivos los mismos fueron capitalizados por batazos de los marabinos. La ausencia de Luis Valbuena fue un golpe muy duro para el line up de los dirigidos por Luis Dorante al ser el hombre importante. El tercer paleador le daba otro sentido al ser el único paleador natural, al menos que jugó en gran parte de la postemporada, y el cual no pudo suplir en ningún momento el equipo. Aunque llegó Denis Phipps, dominicano de los Caribes de Anzoátegui, no fue suficiente para reemplazar al toletero venezolano.
Juniel Querecuto e Ildemaro Vargas, dupla importante que le trajo buenos dividendos a los crepusculares, les costó batear y dieron cinco imparables en 36 turnos al bate.
Querecuto jugó su segunda final en el circuito nacional y Vargas se estrenó en esa instancia.
El brasileño Paulo Orlando tuvo una serie decepcionante al ser el pelotero de mayor cartel con su rodaje en las Grandes Ligas. El guardabosque de los Reales de Kansas City estuvo incómodo y terminó con un .150 de promedio. Fue su segunda experiencia pero no logró ayudar a los crepusculares. .
En resumidas cuentas, datos alarmantes que pasaron factura para los locales.
