Mediadores internacionales del diálogo venezolano entre gobierno y oposición, plantearon un acuerdo de convivencia que despertó el rechazo de la sociedad civil.
Servando Carbone, coordinador nacional de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), calificó el contenido del documento como “de gravedad”. Sostuvo que se trata de un acuerdo de “conveniencia para el gobierno”, más no de convivencia, cuyo fin es que el régimen pueda seguir en el mando, afectando a sectores de la vida diaria.
Asimismo, criticó que en actividades políticas “se usen sectores de la sociedad civil, como preservativos que se desechan”.
Subrayó que como central sindical se mantienen autónomos e independientes, pero no pueden ser indiferentes ante actuaciones políticas en el país. Consideran que los partidos políticos que hacen vida en la fracción opositora, deben atender las demandas de la sociedad, visto que actualmente reciben una importante aceptación.
Acotó que una gran mayoría de ciudadanos rechaza al gobierno sin ser partidista, por lo que las decisiones de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), deben atender también las necesidades y exigencias de esta parte de la sociedad, y no sólo actuar según intereses políticos.
Inaceptables propuestas
Carbone expresó que en el texto del acuerdo se aprecia la participación gubernamental, al expresar pactos para que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), como poder, esté por encima de los alcances de la AN. “Eso no puede ser así porque son magistrados que no eligieron más que el mismo Gobierno, a diferencia de la Asamblea Nacional que representa la votación de 14 millones de venezolanos”.
Rescató que la AN es vista como “la expresión popular del pueblo”, así como fue electo el presidente Nicolás Maduro.
El sindicalista rechazó que en el documento se eche a un lado la vigencia y contenido de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
A su juicio el acuerdo carece de argumento político y jurídico, con el fin de mantener el Gobierno Nacional en el poder.
El llamado a la oposición
A pesar de que el papel de trabajo no ha sido firmado por la MUD y que, por el contrario, representantes del lado opositor han confesado su rechazo, Carbone expresó que este expresa condiciones que la sociedad civil y el movimiento laborista de Venezuela no estarán dispuestos a aceptar.
Exhortó a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a actuar sobre este respecto, aun cuando ellos no hacen vida en la cúpula.
Señaló que aunque se trate de un documento de consulta, las partes deben “escuchar al pueblo”, ya que por el contrario la sociedad deja de creer en la propuesta. Sobre si apoyarían el planteamiento de un acuerdo de convivencia, el cual corrija lo rechazado por la sociedad civil, indicó que en primera instancia están en desacuerdo con que extranjeros, “mediadores colocados por el gobierno”, realicen propuestas de este tipo y pauten cómo solucionar el conflicto venezolano.
Declaró que como dirigentes sindicales creen en el diálogo, pero no en la manera como se desarrolla entre gobierno y oposición. Se preguntó ¿cómo se puede convivir con un gobierno “militarizado y corrupto, que viola los derechos humanos”?.
Destacó la importancia que deben tener, en la mesa de diálogo, temas como: derecho al voto, ayuda humanitaria y presos políticos.
