En la continuación de la fiscalización que la Coordinación de Mercados de la Alcaldía de Palavecino mantiene en los mercados itinerantes que operan en Cabudare, como el de los miércoles en las inmediaciones del estadio Terepaima y el de los sábados en La Mata, nuevamente fueron detectados pesos adulterados.
Mauriel Ramírez, titular de esa dependencia, informó que se trata de una labor que cuenta con el apoyo de la mayoría de los comerciantes pues, además de los compradores, también ellos se ven afectados por la acción ilegal de algunos de sus colegas.
Refirió que entre noviembre y diciembre fueron incautados 30 de esos equipos y en una nueva oportunidad retiraron 27, los cuales no les son regresados a los infractores.
Además, a aquellos reincidentes se les impide volver a trabajar en los dos mercados o en cualquiera de los itinerantes que se ubiquen en la jurisdicción del municipio Palavecino.
En varias oportunidades amas de casa se quejaron de que al llegar a sus hogares detectaron que lo que habían comprado no tenía la cantidad por la que habían pagado.
También se dieron casos de otras que, al sospechar que el kilo de tomates, cebolla, pimentón o papas que habían comprado no tenían el kilo por el que habían pagado, confirmaban el peso en otro puesto y detectaban la estafa.
Ramírez informó que, en el caso del mercado de los miércoles en el estadio de béisbol, la Alcaldía tiene ubicados tres puntos en sitios estratégicos en los que la o el comprador puede repesar lo adquirido y si se detectan fallas, de inmediato los funcionarios actuantes decomisan el peso alterado.
En cada caso se requiere la participación de un testigo de entre los visitantes para dar mayor legalidad al procedimiento.
Aunque esas irregularidades han disminuido desde que la Alcaldía puso en práctica el programa de fiscalizaciones, aún quedan algunos comerciantes que incurren en las mismas, la mayoría de ellos no afiliados al mercado sino ocasionales.
“Hay que aplicarle la ley a esa gente que nos hace mucho daño a quienes tenemos años trabajando aquí, con jefes de familia que confían en nosotros y son consecuentes porque no les robamos nada; si compran medio kilo de algo, medio kilo le ponemos”, refirió un vendedor de hortalizas.
Sobre el particular, el alcalde José Barreras también declaró que, “una persona que trampea, aparte de dañar al comprador, daña al compañero de al lado porque hace creer que está vendiendo más barato. Eso era común aquí, pero se está acabando tan malsana práctica”.
