Desmantelar los controles generaría efectos inmediatos en la economía venezolana, aseguró en conferencia de prensa Alfonso Riera, ex vicepresidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, quien afirma que el Ejecutivo ha venido atacando las consecuencias de la crisis, pero no lo ha hecho con las causas, por lo que la crisis se ha agudizado.
Asegura que esta es una petición que no solamente hacen los venezolanos, sino el mundo entero, los aliados en ideología están exigiendo una reflexión mundial, porque a la izquierda le ha dado resultado en los casos más dramáticos y profundos como China, Vietnam, donde han sacado a la gente de la pobreza y lo ha insertado en los procesos de bienestar y progreso en la medida en que han creído y han estado trabajando de la mano con el sector privado.
-No hay otra vía, no hay que comprar miles de libros para demostrar como fracasaron las economías controladas, no se encontrará uno solo, explicando como tuvo éxito, porque no existe-.
Precisó que este país lo tiene todo, particularmente hambre de progreso y bienestar, lo único que falta es la voluntad política.
El gran reto venezolano
Para el ex Vicepresidente de Consecomercio, la hiperinflación, la inseguridad y el desempleo son tan perniciosos individualmente que, unidos constituyen el gran reto venezolano a ser contrarrestado con urgencia por el Gobierno, la oposición, los empresarios, el sindicalismo y la propia sociedad civil organizada.
El gremio comercial le atribuye a esta combinación los resultados del 2016, con una inflación extraoficial por encima de 700%, más de 28.000 venezolanos fallecidos por la expansión de la violencia y una tasa de desempleo que pudiera estar sobre el 12%, de las fuerza laboral en condiciones productivas, todo ello sin olvidar la recesión de la economía, lo que se traduce en el peor de los escenarios: una situación de verdadera estanflación.
Destacan que el caso del Comercio y los Servicios, la caída de las ventas del año pasado aún no se ha cuantificado, porque cada área de trabajo y ubicación regional de las empresas tiene sus propias características, señalando que ello obedeció al comportamiento inflacionario, la incidencia de la inseguridad y la destrucción de los ingresos familiares.
Califican como “inexplicable” la modalidad con la que se ha tratado de introducir el nuevo cono monetario y el sistema transaccional, además de la desaparición de fuentes de trabajo formales y el incremento desenfrenado de la informalización.
Riera asegura que la apertura de las casa de cambio en la frontera, no favorecerán el comercio fronterizo, ni contribuirán a recuperar las condiciones de vida de la población local; por el contrario se trata de un recursos aislado para mantener el control de cambio y justificar su rigidez, a la vez que favorece la centralización administrativa, del rentismo petrolero y la exclusión del sector productivo privado, indistintamente de su área: agrícola, pecuaria, industria, comercio y servicios.
Los cambios en el Ejecutivo y en el BCV , lucen como medidas con fines ideológicos y estratégicos para decisiones atadas al avance de la estatización de la economía , antes que a la urgente necesidad de fortalecerla producción nacional, generar empleos y liberar a los consumidores de la obligación de seguir haciendo colas para adquirir bienes.
El reto que se plantea al Gobierno, la oposición política, los empresarios, al sindicalismo y a la sociedad civil organizada, es revertir esta difícil situación. No ocuparse de hacerlo, equivale a someter a toda la población a un inevitable agravamiento del cuadro inflacionario y del empobrecimiento colectivo, de inseguridad y de imposibilidad de vivir en un ambiente de paz. Alcanzar estos objetivos implica disponer de libertades plenas; no de más restricciones ciudadanas, advierte el ex Vicepresidente