El año pasado los habitantes de varias comunidades ubicadas en los límites de los municipios Crespo e Iribarren cerraron la vía a Duaca en señal de protesta por la falta de gas doméstico y al iniciarse el 2017 pensaron no tener que volver a hacerlo por las promesas de que les mejorarían la distribución del indispensable combustible.
Sin embargo, transcurrida la primera quincena del nuevo año se percataron de que no había mejora alguna.
“Desde noviembre no venía el camión con bombonas pequeñas, solamente medianas y grandes y aquí somos todos pobres y no tenemos cómo comprarlas”, dijo una de las mujeres que este martes, junto a unos cuantos hombres, cerraron la carretera en el sector Brisas del Alto, a poca distancia de Rastrojitos.
Allí, además de habitantes de Brisas del Alto, estaban los de El Chosero, Las Trinitarias, El Central y otros caseríos de la zona.
Ligia Ortiz, una de las amas de casas participantes en la manifestación, dijo que habían llegado a las cuatro de la mañana cuando se colocaron con las bombonas vacías en la carretera impidiendo el tránsito automotor en ambos sentidos.
Explicó que son más de 250 familias afectadas por la falta del suministro normal del gas doméstico pues no pueden preparar los alimentos, salvo que se internen en los bosques cercanos y recojan leña para montar las ollas.
Nelva Arrieche, de Brisas del Alto, se quejó por el incumplimiento de las promesas que les hacen cuando van al centro de distribución en Duaca a pedir normalización del suministro.
Otra de las amas de casa presentes intervino para señalar que el lunes les habían prometido enviarles un camión para fines de febrero o inicios de marzo, lo que les obligó a protestar cerrando la carretera.
Ligia Ortiz confirmó que el año pasado lo hicieron varias veces y que la de este martes era la primera del 2017, “pero si continúan con la mamadera de gallo con nosotros, cerraremos la carretera cuantas veces sea necesario”.
Poco después de las 8 de la mañana llegó una comisión de la Guardia Nacional, cuyo jefe se comprometió a gestionarles el envío de un camión con los cilindros y accedieron a abrir un canal de tan importante vía, en la que ya se había formado las naturales colas de vehículos.
A las nueve y media llegó el distribuidor y todos se retiraron hasta el inicio de un camino para proceder ordenadamente a la venta del producto a quienes, previamente, se habían anotado en una lista.