De Yonathan Salinas siempre se hablaba bien. Bastaba llegar a San Cristóbal, previo al pedalazo inicial de cada una de las últimas cinco ediciones de la Vuelta al Táchira, para escuchar elogios y advertencias sobre sus capacidades. “Ojo con ese corredor. Puede dar el gran golpe”, era la frase común de quienes le seguían la huella. Pero nunca llegaba a cuajar.
Muy joven, a sus 24 años, portó la camiseta amarilla de la ronda andina (2014), tras ganar la segunda etapa en Táriba, pero duró muy poco sobre su humanidad, al ser desplazado en la jornada siguiente, quizás presa del nerviosismo. Primera frustración.
También ostentó el liderato en el giro tachirense del año pasado (2016) y, similar a su primera vez, cedió la condición de puntero rápidamente, dos días luego de asumirlo, curiosamente en el ascenso a Cerro El Cristo, su terreno predilecto. Entonces, las dudas cayeron sobre sí. Parecía ser ese tipo de deportistas que se presentan como una firme promesa, sin explotar del todo y marcharse sin pena ni gloria.
Enero de 2017 fue el mejor momento de su carrera. Ya tenía un título importante, el de la Vuelta a Venezuela de hace tres años, pero le faltaba el trofeo grande, el más codiciado. Finalmente lo logró, merced de una gran demostración en la montaña, dentro de una edición en la que el ritmo en la montaña no fue el más elevado y se paseó a placer frente a rivales de buenas credenciales como Jimmy Briceño y Yonnatta Monsalve, más los jóvenes Jhorman Flores, Roniel Campos y el colombiano Iván Sosa.
Puede que la tarea haya sido más fácil, visto el declive de escaladores de primer nivel como Manuel Medina y José Rujano, pero eso no le quita méritos a su logro. De hecho, su gran virtud fue haber controlado a sus rivales, pese a que bregaba solo contra un “ejército” del JHS, que pretendía destronarlo mediante la figura de Briceño, Flores o Monsalve.
El JHS se llevó seis triunfos de etapa, pero Salinas hizo suyo el premio mayor para dejar de ser una promesa y convertirse en realidad.
¿Vendrán más títulos? La carretera lo dirá. Potencial parece tener.
