Más de siete días transcurrieron para que fuese liberado, sano y salvo, el teniente coronel activo de la Aviación destacado en Sanare, Juan Carlos Díaz Betancourt, quien, se supo de buena fuente, fue raptado el pasado 12 de enero tras denunciar, dentro del seno del oficialismo, los actos de corrupción que se estarían cometiendo en la Alcaldía del municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, la cual está al mando de Alfredo Orozco.
La presión de los cuerpos de seguridad dio resultados, y la víctima fue dejada a un lado de la vía pública en el sector La Cumaca del municipio San Diego, estado Carabobo, como a la 1:00 p.m. de este miércoles. Allí se resguardó, consiguió llamar a su esposa de un teléfono prestado y fue rescatado por funcionarios del Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes) de Carabobo, para después ser trasladado de vuelta a tierras larenses por una comisión del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro de Lara (Conas-Lara).
Luego del satisfactorio rescate, los castrenses se encuentran tras la pista de los autores materiales e intelectuales del crimen, en concordancia con las instrucciones del comandante general de la Guardia Nacional Bolivarina (GNB), Antonio Benavides Torres, y el comandante del Conas, Ramón Pimentel Avilán.
Las cámaras de seguridad y registros hoteleros de la población son los principales blancos militares, puesto que estos terminarían de dar datos importantes para la identificación de los raptores.
Díaz Betancourt, de 43 años de edad, fue descrito por allegados como una persona “chavista pero correcta”, quien no desea más que ver prosperar a su pueblo natal.
Por su buena conducta es bastante conocido y querido, lo que causó que un grupo importante de personas se acercaran a la sede del Conas en Barquisimeto, la tarde del miércoles, luego de confirmarse su aparición.
El teniente coronel de la Aviación, quien también es técnico hidráulico, había estado destacado en el estado Portuguesa y desde hace tiempo lo nombraron como segundo comandante de la Milicia. Su comando está en la vía Bojó de Andrés Eloy Blanco. Estaba pendiente del parque de armas, pero también le gustaba hacer trabajos de inteligencia.
Producto de las mordazas presentó moretones en tobillos y muñecas, pero no le causaron heridas mayores. Fue alimentado e hidratado durante su cautiverio.
Entre los hechos irregulares en la municipalidad, contaron lo locales, también estaba señalado un expran de Cepella que hace vida en Sanare.
Salió a trotar como normalmente lo hacía
Juan Carlos salió del batallón como a las 7:00 de la madrugada del 12 de enero para trotar dentro del estadio Miracuy, que está cercano a la unidad militar, como lo hacía comúnmente.
Estaba acompañado por un teniente de la GNB asimilado y barquisimetano, de nombre Otoniel, que había llegado de visita a Sanare horas atrás.
Aproximadamente a eso de las 8:00 de la mañana, ambos hombres fueron abordados por tres tipos que portaban armas de fuego cortas y tenían sus caras descubiertas. Estos los amordazaron y subieron en automóviles distintos, pero ambos tomaron carretera tras hacer una parada en Quíbor, municipio Jiménez, lugar en el que los delincuentes liberaron a Otoniel.
Posiblemente lo picharon del batallón
Aparentemente la noche del 11 de enero los maleantes intentaron el plagio que pudieron concretar horas después. Ese martes, vecinos vieron vehículos rondando la misma zona e incluso avisaron hombres armados. Posiblemente se les escapó. Por ello están siendo investigados soldados y un sargento de la GNB del batallón, pues se cree que hubo complicidad.
