La realidad en cuanto a la necesidad de medicamentos del país no ha discriminado a ninguna patología y muestra de esto son las maromas que deben realizar los pacientes junto a sus familiares para lograr conseguir los insumos correspondientes.
Es una vicisitud que se presenta desde hace más de un año y que con el paso del tiempo se ha ido agravando, provocando la denominada “crisis humanitaria”, la complicación de los enfermos y el fallecimiento de otros tantos.
Entre los más afectados están aquellos que padecen hipertensión, Pablo Arandia es uno de ellos, agradece tener vehículo, de lo contrario se le haría aún más complicado la búsqueda de sus dos medicamentos indispensables que debe consumir dos veces al día.
Ya se ha vuelto cotidiano el hecho de salir a recorrer farmacias, lo que muchas veces es en vano debido a la escasez que hay en antihipertensivos. “A veces encontramos pero los venden al doble del precio y apenas alcanza para una semana”, expresó.
“Mi tensión es silenciosa, no me dan dolores de cabeza ni nada, pero si me hago los exámenes resulta que está alta”, a esto se le unen las diferentes situaciones de estrés a las que está sometido el venezolano en la actualidad para lograr conseguir no solo sus insumos, sino, además sus alimentos para llevar una dieta balanceada.
Los especialistas no dudan en pronunciarse en este tipo de situaciones que les corresponde ver cada día en sus distintos niveles. Luzmila Leal, médico internista, expresó que “aquel paciente que no tenga dinero está condenado”, pues las “mafias” que existen dentro de la salud han provocado que solo quien tenga los recursos pueda acceder a las pocos medicinas que se tienen en el país.
Recordó que a finales del año pasado se vieron en la necesidad de llamar a las casas comerciales para que abrieran sus puertas y lograr surtirse de lo último que quedaba. “Son situaciones que antes no se veían y ahora pasaron a ser diarias”.
Leal, acompañada de Elsy Silva, también médico internista y gastroenterólogo, aseguraron que muchas veces no les queda de otras que pedirle a Dios, pues se trata de “un juego trancado” que se está viviendo desde hace dos años al menos.
Consideraron además una falta grave el hecho de que haya medicamentos que fueron donados y su distribución esté paralizada debido a que el gobierno no da los respectivos permisos. “La medicina ha regresado a los tiempo primitivos”, destacó Silva, quien se ha visto en la urgencia de atender a pacientes sin los insumos esenciales. Señaló además que en algunos centros públicos han dejado de realizarse endoscopia por no contar siquiera con los desinfectantes y demás materiales para limpiar los instrumentos.
La escasez llega al punto que ni siquiera inyectadoras para suministrar la insulina se consiguen . Son precisamente los pacientes diabéticos otros de los tantos afectados, pero cuya situación se ha intensificado, pues se trata de un tratamiento que no puede ser remplazado sin que genere alteraciones y, debe ir acompañado de una dieta estricta.
Lourdes Pérez, presidente de la Casa Amigos de los Niños, alzó su voz nuevamente debida a la precariedad del asunto que lastimosamente ha dejado a dos menores de edad fallecidos por no obtener su respectiva medicación. Asimismo, son 70 los que están en estado crítico por no conseguir la insulina, esto únicamente hablando de Lara.
Los llamados de atención a los diferentes organismos han sido reiterativos, no obstante la respuesta es nula, lo que se convierte en un decaimiento de los pacientes; no solo niños, también adultos, pues estos llevan más tiempo con el infortunio de no encontrar sus medicinas.
“No podemos seguir callados”, aseveró Pérez a la vez que acotó que ni siquiera el dinero logra resolver el grave problema que se tiene en Venezuela en el sector médico.