Rostros e historias: EL IMPULSO, hogar de todos #EdiciónAniversariaDeELIMPULSO

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La mitad de sus vidas se la han dedicado al centenario, medio que durante más de un siglo ha recibido a valiosas personas que forman parte de nuestra historia, esa que nos llena de orgullo contarla y que seguimos escribiendo con el esfuerzo de quienes con su talento, constancia y accionar se destacan en diferentes áreas.

Hoy, estos rostros cargados de energías, nos dicen cómo llegaron y qué han sentido ser parte de esta gran casa, cuyos obstáculos externos impuestos durante su trayectoria, han servido para reinventarse y seguir siendo el patrimonio de los larenses y Venezuela.

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Juan B. Salas (Desde 1971): Rumbo a los 200 años

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En el mes de septiembre de  971, dos años después de haber egresado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, ingresé formalmente a la nómina de EL IMPULSO, de la mano del entonces Jefe de la Corresponsalía, Gerardo Oviedo.

Durante estos años pude vivir toda la transformación tecnológica del periódico, desde el teletipo y la máquina de escribir tradicional, hasta el advenimiento de las computadoras, las cámaras digitales y la nueva rotativa que todos conocen en Barquisimeto como “La Toñeca”.

En estos momentos tengo 75 años, es decir, que más de la mitad de mi vida ha transcurrido en este diario, por eso es doloroso que haya dejado de circular, aun cuando sea temporalmente, pero la vida continúa y debemos seguir rumbo a los 200 años.

 

Petra M. Meléndez (Desde 1990): En constante aprendizaje

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Desde que llegué al diario, me he sentido bien. Cada día creciendo y aprendiendo más, conociendo y compartiendo con muchas personas importantes que tienen experiencia dentro y fuera de la empresa.

Yo llegué a EL IMPULSO como lectora: le leía a la señora Violeta Morán, quien corregía las opiniones. Como estudiaba en el INCE mecanografía, se me dio esa oportunidad y eso me ayudó mucho.

Estuve en Producción levantando textos, cuando los cables debían ser transcritos, incluso opiniones. Luego realicé mis pasantías y llegué al Centro Interno de Documentación, donde soy coordinadora. Acá estoy en constante aprendizaje, porque me permite estar a diario con la memoria del diario, un recurso muy valioso para quienes aman la historia. Estoy a gusto con mi labor dentro de la empresa.

 

Nellys J. Mendoza (Desde 1968): Con satisfacción

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Por intermedio de una amiga que trabajaba aquí llegué a EL IMPULSO… un profesor que me daba secretariado, igualmente me había recomendado. Intenté ingresar cuando tenía 16 años, pero ocurrió un año después.

Toda mi vida se la he dedicado al diario. Mientras estaba acá, formé a mi familia (dos varones y una hembra), y he aprendido de varias áreas: comencé como ayudante de corrección, pasé unos días a Avisos, y luego en Administración, donde estoy hoy en día.

Fue terrible saber que el diario se quedó sin papel por unos días, además de triste. Era la primera vez que pasa. Ojalá que no nos tengan así: enviando papel a granel, sino que siempre tengamos. No es justo lo que ocurrió.

Ellos controlan la venta de papel y eso nos limita a adquirir la materia prima para seguir editando nuestros productos que son queridos por todos. Me siento satisfecha.

 

Oswaldo Azuaje (Desde 1974): Estabilidad laboral

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Llegué a EL IMPULSO en el año 1972 gracias a la ayuda del primer fotógrafo que tuvo la corresponsalía que se llamaba Eddy Villaroel. Duré dos años contratado y fue en 1974 cuando el Dr. Juan Manuel Carmona me ofreció el cargo fijo.

La primera pauta que cubrí fue una práctica de los Leones del Caracas en el Estadio Universitario de la UCV y la primera entrevista la hice en la fuente de farándula con la bailarina Yolanda Moreno.

Es insólito que el decano de la prensa nacional, haya dejado de circular por la falta de papel, solo porque este diario no se arrodilla y dice lo que está pasando en el país. En la gran familia de EL IMPULSO aspiramos que esta situación no se repita y el llamado es a la Organización Maneiro para que nos garantice nuestra estabilidad laboral y siga suministrando el papel.

 

 

Elvira R. Zambrano (Desde 1978): Celosa con el trabajo

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Tengo 38 años y voy por más. Mi experiencia de ingreso se traslada al comentario de un motorizado de la antigua empresa donde laboraba. Él me dijo que aquí estaban buscando una cajera de administración. Recuerdo que en esa oportunidad corté el aviso que salió publicado y me vine directamente a la entrevista. Al llegar, respondí todas las preguntas del señor Pedro Arteaga.

A los dos días me llamaron y comencé a trabajar hasta el sol de hoy, en caja, atendiendo a clientes internos y externos. Eduqué a mis hijas… las casé… y desde esa época me he sentido súper bien.

Con esta situación del envío del papel, siempre estoy en zozobra y me siento muy triste; siento que algo me está faltando. Duele demasiado, porque esta es mi segunda casa. De hecho, cuando estoy de vacaciones, me muero por venir. Yo quiero mucho a EL IMPULSO, al trabajo… soy muy celosa con él.

 

Dilcia C. Vizcaya (Desde 1980): Estoy conforme

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Estar en EL IMPULSO ha sido gratificante… me sirvió para darle lo mejor a mis hijas, quienes hoy son profesionales, y eso se agradece infinitamente. Por ellas y mi nieta Ariana Victoria, todo.

En mis años de trabajo me he sentido conforme y satisfecha, porque he crecido como ser humano, he conocido a muchas personas con un valor humano que nutre el alma.

Yo también trabajé en la 23, cuando EL IMPULSO estaba en su anterior sede. En los 37 años que tengo en el diario he estado en dos áreas: central telefónica y Redacción.

Aquí, la experiencia con los articulistas es muy agradable. Atenderlos a cada uno me ha permitido conocer su calidad humana, elemento importante en estos tiempos donde se ha perdido el respeto hacia el otro. Continuaré con mi trabajo hasta que Dios me lo permita.

 

Carmen A. Lanz (Desde 1983): Me crié en las oficinas

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Entré como pasante en el año 1983 cuando estudiaba publicidad. Me dieron una oportunidad de tres meses y resulta que se convirtieron en 33 años. Este ha sido mi único trabajo, mi segunda casa, yo no tenía ningún tipo de experiencia y esta empresa me permitió ejercer mi carrera hasta la actualidad.

Me terminé de criar en las oficinas de la corresponsalía. EL IMPULSO ha sido testigo de mi matrimonio, del nacimiento de mi hijo y confío que también sea testigo del nacimiento de primer nieto que llegará cuando Dios así lo disponga.

Debido a que actualmente el Gobierno agrede el derecho al trabajo, existe una clara discriminación en la entrega de papel y juegan a cerrar al periódico más longevo de Venezuela, no podemos estar contentos, pero estamos seguros que esta situación pronto se convertirá en una anécdota en la historia de EL IMPULSO.

 

Juana M. Perozo (Desde 1980): He aprendido a hacer de todo

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Cuando me conecto con la corrección de textos, me sumerjo en el conocimiento: ese es mi cargo actual, leer avisos y lo que envían desde la Redacción. He aprendido a hacer de todo un poco. Al recordar mis inicios en EL IMPULSO, me transporto a mi juventud, porque llegué cuando tenía 18 años de edad.

Fue un momento único, el cual agradezco, porque se me dio la oportunidad de trabajar, mientras ingresaba a la universidad a estudiar agronomía (estuve hasta la mitad de la carrera que abandoné, pues me quedé aquí). En EL IMPULSO me enamoré y me casé. Inicié en la 23 corrigiendo taquitos, cortando los acentos con bisturí para pegarlos en la palabra que correspondía.

Aprovecho la oportunidad para enviar mis felicitaciones por sus 113 años a mi querido diario. Con la falta de papel, me sentí muy dolida, pero mantengo la fe en que todo sea como antes.

 

Luis R. Gudiño (Desde 1980): Siempre orgulloso

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Estar en el periódico ha sido una experiencia muy buena. Desde que llegué, siempre he estado en prensa. Gracias a mi hermano Lorenzo Gudiño (+), se me dio la oportunidad de estar desde hace 37 años. Vengo de la sede del diario cuando estaba en la 23. Durante ese tiempo me he sentido bien y orgulloso de pertenecer a esta gran familia. Seguiré hasta que el cuerpo me lo permita.

La semana pasada me sentí muy mal e incómodo, cuando el periódico cesó su circulación impresa… me sentía solo, porque es como mi muchacho. Mientras tanto seguiré en estos espacios que me han recibido, haciendo un excelente trabajo para que la gente pueda tener en sus manos un producto de calidad. Siempre daré lo mejor de mí para que así sea… En mi caso, tengo mucha esperanza de que todo vuelva la normalidad y no estemos en constante angustia por si llega o no el papel.

 

Hugo J. Boscán (Desde 1990): Seguiremos adelante

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Han pasado muchos años, pero gracias a EL IMPULSO descubrí que lo mío es el periodismo. Primero trabajé 10 años haciendo internacionales, desde 1976 hasta 1986, era todo un proceso monitorear todo a través de la radio.

Regresé en 1990 y desde entonces no he parado. Son 36 años formándome cada día, aprendiendo, conociendo. He pasado por muchas fuentes. Esta empresa me ha brindado estabilidad, ha sido solidaria, consolidada, se ha convertido en mi familia, forma parte de mi vida.

Es inaceptable que un Gobierno que se hace llamar democrático nos presione de esta manera, sin embargo a pesar de todas las trabas y dificultades seguiremos adelante haciendo lo que nos corresponde hacer por nuestro país.

 

Ángela Ameruoso (Desde 1981): Equipo humano generoso

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La llegada de María Hortensia Zapata (+) y la mía, fue una especie de aventura a las entrañas del país y al periodismo. Ella y yo pertenecimos a una cruzada de periodistas de la promoción de 1981 que nos distribuimos por toda Venezuela, ante la motivación que nos dieron muchos profesores de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, de que teníamos que llevar a lo largo de la nación las reflexiones universitarias. Los juegos del destinos nos llevaron hacia el Centroccidente, al Decano de la Prensa Nacional.

Lo que más he valorado de EL IMPULSO en estos 35 años es el equipo humano con el cual he trabajado en todos los departamentos. Ha sido un equipo humano lleno de solidaridad, generoso, profesional, constante, entre otras cualidades. Y a nivel editorial, siempre EL IMPULSO ha propiciado la creatividad y confiado en sus trabajadores.

 

Jesús R. Ramsbott (Desde 1984): Mismo ánimo de trabajar

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Llegué al diario por medio de una persona que me dijo que estaban solicitando personal. Vine a la entrevista y me aceptaron. Hace 32 años comencé como ayudante de fotomecánica, haciendo negativos… trabajando con todo lo relacionado a las artes gráficas.

Durante esas más de tres décadas me he sentido muy bien, excelente. Yo pensé por un momento que iba a durar por poco tiempo al inicio, pero me enganchó EL IMPULSO.

Ya son 32 años sintiéndome muy cómodo acá. Todos los días me levanto con las mismas ganas de hacer el trabajo cada vez mejor. Luego de saber que el periódico no circuló por unos días, me sentí mal, porque es la primera vez, y es lamentable todos los productos que han dejado de hacerse por esta situación. Sin embargo, confiado estoy en que en algún momento todo volverá a hacer como antes, cuando producíamos contenidos nuevos casi a diario.

 

José Luis Rea (Desde 1985): Desde niño fui vecino

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Fui vecino de EL IMPULSO cuando estaba en la carrera 23… desde niño observaba como las bobinas pasaban frente a mi casa, las perseguía para retirar unos tacos que venían en el eje central de las mismas y servían para jugar con mis amigos.

De ahí comienza mi relación con el centenario, que tenía tres depósitos de bobinas, y hoy en día no tenemos ninguna. Luego vengo como pasante de publicidad y mercadeo, fui llamado a hacer unas pequeñas vacaciones hace 32 años, y desde ese día estoy aquí.

Para mí EL IMPULSO es un miembro más de mi familia, desde que llegué acá, he tenido muchas oportunidades y logros. He sido muy agradecido. La tristeza que nos embarga a todos, es igual para mí. Quedarnos sin papel por un tiempo, fue lamentable. Vivir en una angustia diaria, no se lo deseo a nadie.

 

Temilo A. Moreno (Desde 1990): Conseguir muchos logros

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Comencé como conductor con un contrato por 30 días… como avance de vacaciones. Justo cuando un conductor de nombre Pedro Lugo renunció, me quedé fijo por la vacante.

Al año siguiente me dieron la oportunidad de ingresar a la firma de la C.A. EL IMPULSO en el Departamento de Circulación… luego pasé a Almacén hasta ser jefe de Circulación y Compras.

Durante estos años me he ganado la confianza de los directivos, amistad con los compañeros, me he formado y adiestrado durante estos años y compartido distintas experiencias de crecimiento personal y profesional; hasta el punto de conseguir muchos logros y hasta mi media naranja que la conocí y comparto 17 años de matrimonio.

EL IMPULSO es fuente de vida, aprendizaje y orgullo, por las oportunidades que tenemos de cada día participar y vivir diariamente el impacto de la noticia.

 

Yalinda R. Vargas (Desde 1988): Mi único trabajo

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El IMPULSO es una gran familia, ha sido mi único empleo y es lo mejor que me ha pasado en la vida, aparte de mis hijos. Tenía 17 años cuando entré a EL IMPULSO.

Ingresé como una pasante INCE en el área de Producción y posteriormente me dediqué a transcribir las notas, para ese entonces los periodistas realizaban la cuartilla y yo me encargaba de tipear el texto al sistema mediante unas máquinas, luego me encargaba de leer los artículos de opinión junto a la señora Violeta Morán, ella leía, y yo rectificaba lo allí plasmado; mi camino continuó en la central telefónica y desde más de 10 años pertenezco al área de secretaria en Redacción.

Fue muy triste y doloroso cuando el periódico dejó de circular porque EL IMPULSO es mi familia, mi trabajo y el sustento para mantener a todo mi entorno familiar.

 

Justo P. Alvarado (Desde 1982): Esperanza de seguir

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Llegué al periódico en el año 1982, un 15 de junio, en la sede de la 23. Una de las razones que me motivó a tocar la puerta en esta empresa fue escuchar las historias de un primo acerca de su trabajo en EL IMPULSO y eso fue muy motivador para mí… me llenó de orgullo.

Me entrevistaron y al día siguiente comencé, ha sido una de las decisiones importantes de mi vida. Son 34 años de labor en el área de la rotativa. Un tiempo con muchas altas y bajas, pues anteriormente recibíamos bobinas cada dos o tres meses; nos sobraban, este diario tuvo la oportunidad de prestar papel a otros medios.

Estoy sumamente agradecido y confiado. Es mi otra familia. Aunque siento tristeza, tengo mucha fe y esperanza porque seguiremos en la calle. Ese derecho nadie nos lo puede quitar.

 

Domingo Piña (Desde 1977): Labor trascendental

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Yo ingresé como un office boy a los 17 años de edad, era un muchacho mandado. Los fines de semana me iba al área de Rotativa a practicar, el jefe de prensa para ese momento, José Moreno, pidió que me enseñaran los primeros pasos para ver qué traía y mis palabras fueron: téngalo por seguro que no lo defraudaré. Han pasado ya 39 años desde que estoy en el área de Impresión Nocturna y a lo largo de mi vida he desempañado el rol de todos los puestos de trabajo de ese departamento.

Me he sentido entusiasmado por toda la labor transcendental, que junto a mis compañeros, hacen posible que funcione la columna vertebral del diario. Eran la 1:10 de la madrugada cuando salió la última edición impresa de este medio, no sabíamos hasta cuándo dejaríamos de circular y mi labor era enviarle el mensaje a todo el colectivo larense de que por un tiempo no llegaría el periódico a sus manos…

 

Euddy Serrano (Desde 1985): Evolucionar con la empresa

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Gracias a un compadre que trabajaba en el departamento de Circulación comencé a ir los fines de semana a encartar las comiquitas, el Dominical, el Barquito, el Diario Socioeconómico y luego hubo una oportunidad de trabajo nocturno, donde duré dos años.

Posteriormente fui trasladado a fotomecánica y ya llevo más de 27 años en esa labor. Evidencié el avance del periódico desde la versión manual hasta la digital con el retoque de imágenes, avisos y diseños de páginas; es evidente que cada uno de los trabajadores hemos ido evolucionando con la empresa.

En EL IMPULSO siempre ha sido tomado en cuenta el desarrollo y crecimiento profesional de cada uno de los que conformamos esta hermosa familia. Fue una tristeza muy grande cuando se pararon las rotativas, en mis 31 años jamás había vivido una situación de esta magnitud.

 

Gaudy R. González (Desde 1986): Ha sido una gran oportunidad

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Fue como pasante que ingresé a esta familia, luego en 1986 me llamaron para ser parte de la empresa oficialmente.

Han sido casi 31 años de aprendizajes, además debo decir que EL IMPULSO me dio la oportunidad de conocer al amor de mi vida, quien actualmente es mi esposa y madre de mis hijos. Ha sido mi único trabajo, lo que tengo y me falta por tener en parte es gracias a este medio.

Debemos seguir adelante en todo momento a pesar de las adversidades, espero que cumpla muchos años más y que mis nietos y bisnietos puedan leerlo.

A mis compañeros y a la directiva les digo que aún nos queda trabajo por hacer. Me llena de orgullo estar aquí y seguir compartiendo con cada uno de quienes integran el diario. Ha sido una oportunidad para mí.

 

Rafael R. Corona (Desde 1990): Trabajo de calidad

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Un joven con una puerta abierta es lo que veo en mi memoria cuando pienso en aquel momento. Tenía 15 años cuando tuve la oportunidad de trabajar en el área de los encartados. Un recuerdo que siempre llevaré conmigo a donde vaya.

He sido testigo de muchos momentos, recuerdo con gran satisfacción la llegada de toda la maquinaria a la sede actual. Comencé en la rotativa en el año 1993 y ha sido un ambiente excelente gracias a la familia que hemos formado todos los compañeros de labores.

EL IMPULSO significa tradición, ha formado parte de mi vida. Les pido que sigan siendo imparciales, adelante, siempre con la verdad, entregando un trabajo de calidad porque eso nos ha caracterizado. Aquí seguiremos trabajando para todos y de la mejor manera.

 

José H. Betancourt (Desde 1989): Conseguí estabilidad

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Llegué al EL IMPULSO a trabajar en el departamento de Desarrollo Humano y Organizacional, para ese entonces se llamaba Personal, mi primer cargo fue motorizado, al tiempo hice una pasantías y luego de dos meses de haberlas finalizado recibí una llamada para formar parte del departamento de Circulación y Compras en el almacén, gracias a que me porté bien y les gusto mi trabajo.

Me he sentido muy bien en esta empresa, yo venía de muy abajo y con la empresa conseguí estabilidad. Además de eso fue un reto desempeñarme en cada uno de los trabajos que tenía que realizar, que eran muchos, pero debía enfrentarme al oficio y aprender cada día más. Aunque hoy día nos encontramos con la situación del papel, sé que emparejaremos y EL IMPULSO seguirá hacia adelante como siempre lo ha hecho.

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