El periodismo y el humor, profesiones totalmente apartadas, en la Venezuela de estos “oscuros tiempos”, llegan a converger en un aspecto de suma importancia para un pueblo ávido de libertad y desahogo: la denuncia social y política.
En cada chiste que concibe y cada presentación que prepara, el humorista barquisimetano, Ricardo Del Bufalo (aclara que se escribe con d mayúscula y sin acento en la u), busca alzar la voz de las minorías sin dejar de producir risa en su audiencia, hablando de lo cotidiano de una manera que él describe como muy potable.
Este imitador de personajes para producir carcajadas, tiene entre sus políticos predilectos a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Henry Ramos Allup y, hasta hace poco, a Henrique Capriles.
“Cuando imito a Diosdado quiero denunciar lo déspota y autoritario que es; cuando lo hago con Maduro, lo inepto e ineficiente; y, por ejemplo, cuando imito a Ramos Allup, quiero destacar la verborrea que tiene aunque con él deseo ser más crítico en un futuro”, confiesa Del Bufalo, ganador del Primer Torneo Nacional de Stand-Up Comedy, en exclusiva a EL IMPULSO.
En una nación donde el Gobierno se ha dedicado a deteriorar la calidad de vida de la ciudadanía y truncar los sueños de los ambiciosos, el humor político se ha convertido en “una venganza simbólica contra alguien que les ha hecho daño”.
Es por ello que, según cuenta, la gente termina sintiendo un placer extra, además de la risa, cuando se profiere una burla contra algún personaje de la política que esté en la palestra. Este, es recibido con mayor euforia, cuando hace alusión a un funcionario gubernamental o partidario oficialista.
Aunque no augura, para los próximos meses, un panorama del todo beneficioso para la República y la mayoría de sus habitantes, Ricardo cree que, “a pesar de la precariedad, él y toda la colectividad “más se crecerán”, haciendo referencia a “valentía y ganas de seguir luchando”.
La etapa de dificultad por la que atraviesa EL IMPULSO, Decano de la Prensa Nacional, la percibe como un breve retroceso que se tiene “únicamente para tomar impulso”.
Afirma estar seguro de que desde el periódico que cataloga como “ventana importantísima para la sociedad venezolana”, se seguirá “denunciando las arbitrariedades y haciendo periodismo del bueno” en este 2017.
No solo son los periódicos que se están viendo vilipendiados, sostiene, puesto que para quienes se ganan la vida en el mundo del entretenimiento, las cosas también se están viendo cuesta arriba.
“En Caracas (ciudad en la que vive), por ejemplo, el primer teatro que abrió las puertas a los comediantes que hacemos stand up, cerró el domingo (25 de diciembre de 2016), que es el Teatrex de El Hatillo.
Este funcionaba desde el 2009 y cerró porque desde mayo venía quebrando; “ya la gente no va al teatro porque no tiene dinero suficiente para eso. Se clausuró un espacio no solamente para la comedia”.
El también guionista del programa de La Mega, llamado Calma Pueblo, tiene más sentido luchar “aquí” para vencer el abuso y empezar a construir una nueva Venezuela, que irse a otro país a vivir “cómodo”.
Asegura que en este año nuevo, así como hará él, según cuenta, ya sea abriendo una exhibición de su mentor Laureano Márquez (como lo ha hecho en tres ocasiones) o sobre el escenario con Viral (su propio show), los venezolanos deben prepararse para asumir un rol político “tal cual como se hizo contra Marcos Pérez Jiménez o Juan Vicente Gómez”.
“Todo está mal, pero podría estar peor (…) Podemos sacar las cosas buenas dentro de todo este pesar para tomar energía y seguir luchando para cambiar la realidad de nuestra Venezuela”.
Del Bufalo es optimista y asegura que en algún momento Venezuela será la misma de antes: con más oportunidades para todos y numerosos espacios para el arte.
