José García para evitar ser víctima de la delincuencia, prefirió guardar su camioneta en el estacionamiento privado que está dentro del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp); pero las artimañas de los hampones lograron convertirlo en una víctima más.
Con impotencia y exigiendo respuestas, García contó a EL IMPULSO, que la mañana del lunes su padre sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) por lo que pasó todo el día en el Hcuamp preocupado por la salud de su padre.
Aún tenía cabeza para pensar en el bienestar de su vehículo, y decidió “resguardarla” en el aparcamiento desde las 11:00 a.m. hasta las 7:00 p.m.
Al día siguiente, el martes, desde tempranas horas de la madrugada volvió a requerir los servicios de esta cooperativa que administra el espacio, aunque cuando se iba a retirar se encontró con una sorpresa.
Contó que salió un par de veces para hacerle exámenes a su progenitor, antes de retornar como a las 4:20 de la tarde.
Luego de recibir la buena noticia del alta de su papá, como a las 5:45 p.m., se disponía a abordar su Jeep Wagoneer, de color azul, cuando vio que la rueda trasera del lado izquierdo no estaba.
“Nadie vio nada ni escuchó nada. Formulé la denuncia en el puesto policial que está al lado y el jefe de guardia me dijo que no podía obligar a nadie a paga”, declaró García.
Un tal Ángel Zambrano dio la cara como representante por la cooperativa, la cual está a cargo de personas con discapacidad, pero luego de ofrecer conseguir un caucho en las mismas condiciones, no aparece.
“No tengo repuesto y tuve que dormir dos noches en la camioneta porque si me hicieron eso a las 4 de la tarde, en la noche no me aparece la camioneta”.
Asimismo, reclamó a las autoridades del centro asistencial a dar respuesta por lo sucedido, puesto que, a pesar de estar arrendado, la zona es responsabilidad del hospital.