Preocupada por el bienestar de su hermana (Yuli Ure), y el de sus sobrinas de 8 y 10 años respectivamente; Yeny Ure visitó la sede del diario EL IMPULSO para denunciar los actos vandálicos, robos y amedrentamientos que “El Eduardo” y “Sandro”, (“dos azotes de barrio en el Cercado, Chirgua 4, parroquia Sta. Rosa”) están ejerciendo sobre sus familiares.
La razón de su denuncia -explica Ure- se fundamenta en los últimos acontecimientos que tuvieron lugar en la vivienda de su hermana el pasado 19 de diciembre. “Allí, durante la ausencia de mi hermana, que salió a hacer unas compras y diligencias personales, los delincuentes aprovecharon la oportunidad para desvalijar lo único que tenían: su casa, y las dejaron sin nada (…) les extrajeron todo, cocina, televisión, las canaimitas de las niñas, los colchones, las camas, la sala de baño… y todo lo demás que pueda tener una madre que vive sola con sus dos hijas para luego venderlo en las adyacencias del sector”, así lo comentó Ure -angustiada y preocupada- al enfatizar que su hermana se encuentra desprotegida, es epiléptica y necesita resguardo de las autoridades regionales.
“Nuestra preocupación es extrema, la casa quedó totalmente vacía, sin puertas, sin ventanas, sin bienes y con unos grafitis terroríficos que rezan: ‘venimos por ti y por tus hijas’ (…) entonces tú me dirás, así quién no se asusta, lo que esos delincuentes quieren es que mi hermana se salga de su casa, que la abandone, y lo peor, es que no sabemos por qué (…) quizá es porque mi hermana vive sola con las niñas, porque no tiene quien la represente y porque tiene su condición de epiléptica”, aseveró Ure.
Por esta razón, y con el propósito de que se haga justicia, Ure hizo un llamado a los cuerpos policiales, a las instituciones públicas y a los entes de seguridad nacional para que “protejan” a su hermana, para que “acaben con esos delincuentes”, y para que “brinden mayor seguridad en la zona que tanto lo necesita”.
“No es justo que estás cosas pasen, hemos tenido que sacar a mi hermana y a las niñas de ahí, obligarlas a dejar su hogar y acomodarse en una casa distinta para que estén seguras (…) pero eso no es suficiente, necesitamos protección, respeto, y que en este país se acabe la impunidad”, concluyó Ure.