A las 5 de la madrugada de ayer el teléfono de Nergio Enrique Finol Urdaneta, de 73 años comenzó a sonar. Era su esposa, quien sabía que su pareja despierta bien temprano para comenzar con sus labores diarias. A pesar que fueron repetitivas las llamadas, no hubo respuesta por parte del septuagenario.
Dos horas más tarde los trabajadores del taller del que era dueño Finol Urdaneta llegaron, tocaron la puerta, pero nadie respondió, situación que les pareció bastante extraña y los puso en alerta; por lo que uno de los hombres, no dudó en trepar un árbol y brincar la pared de al menos cuatro metros de largo que tiene el taller, el cual se encuentra ubicado en la avenida principal de Las Veritas, al norte de la ciudad.
Una vez dentro del taller, observó varias puertas abiertas y algún desòrden, poco a poco iba caminando, se tropezó con las chancletas y los lentes de su jefe, situación que de inmediato hizo suponer al mecánico que algo no estaba bien.
Cuando el hombre se acercó al baño del anexo donde duerme Finol Urdaneta, lo vio. Estaba sentado en una silla, para el momento del hallazgo vestía bermudas beige y un suéter azul, tenía sus pies atados con un mecate amarillo, al igual que sus manos hacia atrás. Su boca estaba tapada por un trapo y sobre su cabeza una bolsa, ya estaba sin vida.
Espantando por tan espantosa escena salió a avisar a los familiares del hoy occiso y al resto de sus compañeros de trabajo que ya estaban en el lugar.
Algunos familiares llegaron de inmediato y luego de hacer un recorrido por el local se dieron cuenta que los hampones habían sacado aceites, lubricantes, alternadores, arranques, baterías, el cargador de baterías entre otras cosas de valor.
La víctima además de ser asesinado, fue objeto de robo.
Un buen hombre
Una vez que se conoció la noticia el lugar se fue llenando de familiares, conocidos y vecinos, todos coincidían al decir que Finol Urdaneta era un hombre educado, uno de sus trabajadores quien tenía 25 años laborando con él destacó que era “un buen patrón”, así mismo informó que aparte de la venta de repuestos, lubricantes y el taller, tenía una granja en Las Veritas. Contó que su jefe había acondicionado un anexo para quedarse y últimamente lo hacìa con más regularidad.
Era del estado Zulia y se había radicado en Lara desde hace muchos años, tenía más de 30 años con su pareja comentó una amiga de la familia, quien además indicó que dejaba una hija y había criado a dos hijos de su esposa como si fueran suyos. Uno de ellos fue asesinado hace siete años atrás por lo que es la segunda vez que está familia atraviesa por una tragedia de este tipo.
La víctima estuvo por muchos años trabajando en Lara para el Tribunal Supremo de Justicia, su último cargo fue como director ejecutivo de la Magistratura del estado Lara, trabajo que llevó de la mano de la entonces presidenta del Circuito Judicial, Yanina Karabín. Según en algunos escritos Finol Urdaneta desempeño dicho cargo entre los años 2006, 2007 y 2008.
Una vez que culminó con su labor en la Magistratura se dedicó de lleno a su negocio.
Zona peligrosa
Vecinos del lugar indicaron que esa parte de Las Veritas, a pesar de ser una vía principal es bastante sola, además falta iluminación en el lugar, indicaron que era un lugar bastante inseguro. Relataron sin querer identificarse que hace cinco meses brincaron por la pared y robaron a Finol Urdaneta, pero el hecho delictivo no pasó a mayores, otro vecinos manifestó que en el mes de diciembre fue él quien fue objeto de robo, pues los delincuentes ingresaron a su vivienda y así mismo lo han hecho en otras cercanas.
Aunque algunos se atrevían a debatir en indicar que la persona que ingresó al taller pudo ser una persona conocida del hoy fallecido y es que Finol Urdaneta tenía un perro en el lugar, que suele ladrar a las personas desconocidas y ayer ni se sintió, solo hizo ruido a eso de las 11 de la noche y por un corto tiempo que no levantó sospechas de nadie, ademàs ninguna puerta se encuentra forzada.
Serán los funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc Lara que comiencen con las averiguaciones del caso y den con los responsables del hecho, que hasta ahora es manejado como un robo.