Hace un año la señora Mercedes Peñalver vivió una situación dramática de salud que la obligó a reflexionar sobre la “paralización colectiva”, y en distintos sectores, que se produce en el país entre el 15 de diciembre y el 15 de enero de cada año.
Ella estuvo a punto de quedar ciega porque los especialistas retinólogos del país estaban de asueto decembrino, situación que la motivó a escribir una carta, entregada a este rotativo, en la que narra su experiencia e invita a la reflexión.
“El problema se me presentó a finales del mes de diciembre de 2015, tuve un desprendimiento de retina que una vez diagnosticado ameritó una intervención quirúrgica inmediata. En la ciudad, donde nada inicia operaciones antes de la procesión de la Divina Pastora, no fue posible que me atendieran; fui operada en Caracas, el 14 de enero de 2016, tras mis súplicas a la Virgen y a las gestiones realizadas por el médico que me trató acá”, relató durante su visita a la Sala de Redacción.
Peñalver dice que gracias a que tiene una hija médico, a que contaba con los medios y los recursos para trasladarse a la capital, fue que pudo solventar su urgencia médica. Pero se pregunta qué hubiese pasado a una persona de escasos recursos y sin ningún contacto en el gremio de la salud, porque la realidad es que no había ningún quirófano disponible en la ciudad.
“Las costumbres, celebraciones y tradiciones de la época, paralizan operativamente sectores de toda índole del diario vivir, observándose solo un gasto económico desmedido en lo comercial y social, a mi juicio, distante de todo sentido coherente y mesurado de lo que se predica: encuentro afectivo espiritual, balance de vida, recogimiento de corazón, reencuentros familiares”, escribió en su carta.
Respecto al área de la salud apuntó: es inconcebible que esta algarabía afecte a este importante sector con centros que cierran sus puertas y con ello muchos especialistas dejan desiertas las posibilidades de asistencia oportuna y requerida en casos de emergencia.
“Estímense estas letras, con todo respeto, a los fines de considerar una reflexión que conduzca a un pronto replanteamiento, en la medida de lo posible, de las jornadas de trabajo en el área de la salud para este lapso… con el solo propósito de recibir la atención precisa de quienes, en tan encomiable labor, el Todopoderoso colocó la salud de los hombres y así evitarnos el riesgo de vivir una odisea en busca de la vida… la salud no espera, no respeta edades, fechas, festejos, vacaciones ni tradiciones”, concluye.