Miles son los que se han ido del país en los últimos años en busca de una mejor calidad de vida y de un mejor trabajo que le permita vivir dignamente. Personas de todos lados de Venezuela han tenido que decir adiós a su terruño natal para escribir una nueva historia lejos de la inseguridad, la corrupción, la censura, la escasez, el desabastecimiento y otros flagelos que azotan todos los días a los venezolanos.
Estos que se han ido han dejado sus familias, sus amigos y algunas tradiciones. Una de ellas es acompañar cada 14 de enero a la Divina Pastora a su salida de Santa Rosa hacia Barquisimeto. En esta visita 161 muchos son los barquisimetanos que no podrán acompañar a la Excelsa Patrona como en otrora. Aunque no siguen viviendo la procesión de primera mano, la siguen a través de las redes sociales y la televisión. No es lo mismo, pero siguen con esa fe, con ese fervor y ese regionalismo impreso en la procesión más grande de Latinoamérica.
Larenses desde Estados Unidos, Chile, Panamá, España, Francia e Inglaterra siguen recordando cómo cada 14 de enero se preparaban para caminar los 7,5 km del recorrido. Algunos hacían el tradicional maratón de la Divina Pastora.
Reencuentro con amigos
Marcos Anzola, barquisimetano radicado en la ciudad de Lyon, en Francia, recuerda como era el encuentro de amigos que no veía en todo el año, ahí durante la procesión. “Cuando no veías alguien durante el año, decías: nos vemos en la Divina Pastora”.
Guaro que se respeta lleva a su Divina Pastora donde vaya
Por su parte María Andreína Díaz guara en Panamá, tampoco podrá asistir a la procesión 161 de la Divina Pastora. “Mandre” dice que no podrá sentir ese nudo en la garganta cuando la Excelsa Patrona pasaba frente a ella. Desde Ciudad de Panamá, sigue aferrada a la fe que le tiene a la Divina Pastora y frente a una imagen de la patrona hecha en madera, se encomienda todos los días al salir de su casa. “Guaro que se respeta lleva su Divina Pastora a donde esté”.
Lo que se siente es inexplicable
“Para mí era un ritual. Desde que tengo uso de razón caminaba la Divina pastora con familiares y amigos. Yo creo que la fe nos une a todos en ese día y lo que se siente es inexplicable”, dice Lhuani Puma, barquisimetana radicada en Oxford, Inglaterra, quien además sigue la procesión de la Divina Pastora a través de las redes sociales.
Es un momento para reflexionar
Rodeada de nieve y con el corazón chiquitico por no estar en su lar natal, Freila Ramos también recuerda con felicidad esa fecha que esperaba todos los años para compartir con su familia. “Cada 14 de enero mi familia se reúne en la Av. Lara frente al Rio Lama. Es un momento de reflexionar y agradecerle a la vida y por su puesto a nuestra Divina Pastora”, dijo Ramos.
Un sentimiento en común
Desde Medellín, Colombia, Susana no olvida caminar en ese rio de fe. Lo que más valora es que “en ese momento no hay distinción político y todo lo que asistimos a su linda procesión, llevamos un sentimiento en común: Paz para Venezuela”.
Es difícil no está ese día en casa
“Es muy difícil para el que está fuera del país no acompañar a la Virgen en este día tan especial y tan esperado por todos. No caminar y no ser parte de esta emoción tan bonita, es difícil”, dijo Albany Sánchez, barquisimetana en Panamá.
Chile caminará con la Divina Pastora
La gran comunidad de barquisimetanos en Chile organizó una procesión en Santiago. Héctor Aranguren es quien es administrador de uno de los grupos con mas guaros incritos en la red social Facebook, participará en esta peregrinación en la Parroquia Latinoamericana. El joven recordó con nostalgia a la Pequeña Mavare y su acompañamiento a la virgen, invitó a la comunidad de guaros en Chile a participar en esta celebración para no olvidar sus raíces y estar cerca de la Divina Pastora siempre.
Extraño la energía que la virgen deja a su paso
Maryorit Peroza es miembro de la familia EL IMPULSO. Desde hace un año está en Minneapolis, Estados Unidos. Desde allá recuerda conmovida lo que le gustaba del 14 de enero. “Off the record” nos dijo que no estar en su tierra para esa fecha la ponía melancólica. Y no es para menos. Ella es guara, de sentimiento, de hablar, de comer la arepa con suero y de disfrutar como todo guaro de la Divina Pastora. “Extraño la energía que la virgen deja a su paso. Es algo increíble, que estremece. Extraño ver cada acto de fe, de la gente que camina, que se viste de nazareno, que carga cruces. Eso me hacia aumentar mi fe en la Pastora”, dijo conmovida.
En cada una de las palabras los barquisimetanos que participaron en este trabajo audiovisual dijeron un mensaje explicito: aprovechen que están aquí, disfruten de la Divina Pastora en su máximo esplendor, pidan, agradezcan, pidan por los venezolanos afuera, pidan por nuestro país, pidan por nuestro regreso, pero más que todo, agradezcan el estar en su tierra. Disfruten de ella, ámenla y cuídenla.