Doce días han transcurrido desde que inició este año 2017 y las colas, tal y como predijeron expertos y analistas, han ido en aumento, fortaleciéndose y acrecentándose cada día más. Así se pudo constatar la mañana de ayer, 11 de enero, cuando un equipo del diario EL IMPULSO realizó una visita a los principales centros de abastecimiento y distribución de mercados que hacen vida en la ciudad.
Durante el recorrido -que abarcó el Central Madeirense de la Av. Los Leones, el del C.C. El Recreo (Av. Libertador entre calle 33 y 34) y la Central Cooperativa de Servicios Sociales de Lara (Cecosesola) ubicado en Ruiz Pineda- se pudo conocer que los habitantes de estas zonas, vecinos y periferias, se aglomeran a las afueras de los mercados desde tempranas horas de la mañana, “incluso desde el día antes que llegamos a dormir aquí, casi a acampar, para procurarnos un buen lugar, estar entre los primeros y asegurarnos algo de comida”, comentó Arelis Terán, de 47 años años de edad, mientras esperaba su turno para comprar azúcar y crema de dientes en el Central Madeirense del C.C. El Recreo.
“Aquí uno hace lo que puede, ahora nos toca hacer sacrificios para poder comprar algo de comida o lo que llegue a los supermercados (…) algunas veces llega comida, otras no, pero uno compra lo que venden porque qué más, hay que hacerlo”, espetó Marbella Martínez, otra de las entrevistadas en el Central Madeirense del C.C. El Recreo quien denunció, además, que “los militares que custodian las puertas de este supermercado cobran la suma de Bs. 1.000 para ingresar a las personas, sin hacer cola, y que estos compren los alimentos que nosotros también necesitamos”, comentó.
Ahora bien, con relación a las compras, prioridades y presupuestos de los compradores, Edicson Reyes y Mayra Martínez comentaron -bajo el sol inclemente y con los brazos debidamente marcados con números escritos a lapicero y marcador- que “ahora se compra lo que se pueda, lo que se consiga y lo que permitan los precios (…) ya nada es como antes, y por lo visto, cada día será peor”, comentaron.
Lo que ratifica que el aumento salarial realizado por el presidente de la República, Nicolás Maduro, está afectando de manera directa el bolsillo de los venezolanos, sus presupuestos y compras diarias pues, “una mantequilla que antes era indispensable, que no podía faltar en la mesa para comerse la arepita, ahora te cuesta nada más y nada menos que Bs 3.800 la pequeña… un arroz Bs 1.890, una salsa de tomate Bs 2.600… entonces tú me dirás ¿a dónde vamos a llegar con esos precios? nos irá a matar la inflación y el sobreprecio”, comentó Yoletzy Castillo mientras esperaba su turno (“¡anhelado turno!”) para comprar los alimentos.