En este nuevo año que comienza, con toda seguridad esta reflexión va a entusiasmar a muchos y a renovar sus esperanzas. Se cuenta la historia de un jovencito que veía con mucho interés el desarrollo de una confrontación entre su héroe preferido y sus enemigos. Resulta que su héroe era brutalmente derrotado y presagiaba su muerte. Angustiado, decidió adelantarse a la historieta y pudo descubrir que su héroe, al final obtenía la victoria. Entonces, volvió al principio de su lectura y decía con satisfacción: “Si los enemigos supieran que al final van a ser derrotados”, y sonrió.
La verdad, hoy no voy a hablar del conflicto que se vive en este país. Hay muchos versados en política que hacen con bastante acierto su trabajo. Hoy me voy a referir al Gran Conflicto Cósmico. El que se libra en este planeta entre el bien y el mal. Entre Cristo y Satanás. El que debería ocupar con mayor interés nuestras mentes y nuestra voluntad, sin dejar de aportar, por supuesto, la cuota que nos corresponde en los problemas de nuestro país. Pero, este es el que determina nuestra Salvación o perdición eterna y de eso, si vale la pena ocuparse totalmente.
Una de las grandes estrategias utilizadas por el malo, es hacer creer a las personas, que la existencia del diablo es un invento de los abuelos. Sin embargo, pese a que el desarrollo de las comunicaciones ha embotado la mente del ser humano con un bombardeo de fantasías venida de Hollywood. De veneno para todas las edades, la fuerza del Evangelio de Dios, que nos enseña la Verdad verdadera sigue en progreso. Por cuanto Dios, está presto a capacitar a todo aquel que muestra un mínimo interés en escuchar de su Palabra, y para eso, El Eterno nos tiene a nosotros.
La excelente noticia es, que el desenlace de este Gran Conflicto ya lo sabemos. Está expuesto en las Sagradas Escrituras desde el principio. Primero, la Creación solo por la Palabra de Dios. «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz». Gen. 1:3. Luego, la rebelión de Lucifer en el cielo y la aparición del pecado. «Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad… fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios». Ez. 28:12-16. Ya en la Tierra, se prende la gran batalla entre Cristo y Satanás. «Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales». Efe. 6:12
Sin embargo, en pleno fragor de esta batalla sabemos que somos los ganadores. No tenemos porque angustiarnos. Puede ser que nos azoten los acontecimientos presentes, que nos cerquen las dificultades, hambre, miseria, enfermedades y hasta la muerte. Pero nuestro destino está decidido.»Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó» Rom. 8:37. Es cuestión de tiempo, de paciencia, fe y fidelidad al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo para que podamos celebrar el triunfo, obtenido por ÉL en la Cruz del Calvario, pronto.
Entonces, mi apreciado, esto no es una «tira cómica». «Sino como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oido oyó, no han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman». 1 Cor.2:9 Así, mi estimado amigo, haga planes serios para que se una a los verdaderos ganadores. ¡Hasta el martes Dios mediante!
