Cultivos como el girasol, sorgo y maíz blanco, presentan severas dificultades para su producción. La falta de insumos y semillas, además del control de precios, son algunas de las razones de la merma productiva.
Al respecto, Ramón Elías Bolotin, director de leguminosas y oleaginosas de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), indicó que no existen señales de que para el 2017 cambien las condiciones en el sector agrícola, por lo que se mantendrá la caída de diversos rubros del campo.
-Todo sigue igual. El monopolio de distribución de semillas e insumos sigue en manos del Estado, a través de la estadal Agropatria que, en sus seis años, ha demostrado que no ha sido capaz de suministrar estos en el tiempo ni en las cantidades que se requieren. Tampoco en la calidad.
Subrayó que el 2017 inició “con mal pie”, fundamentado en una reciente confiscación que realizó el Gobierno Nacional a productores de café de Chabasquén, lo cual calificó como “una señal muy negativa”, que envía un mensaje de alerta a los productores.
-Esa confiscación fue hecha por funcionarios militares, atropelladamente e insisto, da una mala señal al sector agrícola nacional.
Indicó que la caída de la producción de 2016 se mantendrá en 2017, visto que no hay cambios en la política agrícola. “Todo se mantiene igual”, comentó el segundo vicepresidente de Fedeagro, quien citó los efectos negativos del referido monopolio de insumos, así como el estricto control de precios, sin tomar en cuenta costos de producción e incremento en los precios de las materias primas.
El girasol fue una esperanza
A pesar de que regiones como Turén, estado Portuguesa, fueron altamente productoras de girasol, tras políticas de apoyo del mismo gobierno, en la actualidad el rubro también refleja la crisis venezolana.
Cinco años atrás se sembraron 70 mil hectáreas a escala nacional y en 2016, si acaso, se obtuvieron mil hectáreas de cultivo.
Boloti n atribuyó la caída, entre otras razones, al retardo en la llegada al país y entrega de semillas, labor que se hizo el pasado noviembre, a pesar de que la fecha tope de siembra era la primera quincena del mismo mes.
-Cuando llegó, ya había pasado mucho tiempo y las siembras tardías no son rendidoras… Le falta humedad para desarrollarse.
Apuntó que estas siembras son más propensas al ataque de pájaros y plagas, además de la mosca blanca.
“El girasol, un cultivo que había rescatado la revolución (socialista) desde cero, la misma revolución lo está acabando”, comentó.
Lamentó que las señales que brinde el país sean de continuar siendo netamente importador, debido a las pérdidas productivas nacionales.
El maíz blanco
Sobre el rubro maíz blanco, indicó que los productores no lo quieren sembrar, debido al estricto control de precios que existe sobre este.
El precio se fijó en Bs. 200, mientras que los productores solicitaban Bs. 260, lo que elimina la rentabilidad a los productores.
La excepción de la soya
Indicó que la soya, en razón de la semilla nacional de soya, se ha convertido en una excepción productiva para el país.
Expresó que las variedades nacionales son de tanta calidad como las importadas. Sin embargo, su crecimiento se ve limitado, debido a la baja capacidad de producción nacional, así como la escasez de insumos, en su mayoría importados.
El mal de la inseguridad
Asimismo, expresó que todos los rubros del sector son víctimas de la delincuencia, lo que también ocasiona mermas en la producción.
-De pequeños robos se ha pasado a grandes robos de fincas. Los ladrones ya llegan con vehículos, tipo comando, amarran a los vigilantes y desvalijan las fincas, dejando en completa quiebra una unidad de producción.
Calificó como “grave”, lo que ocurre en esta materia.