Uno de los principales cometidos que tiene la Asamblea Nacional para el ejercicio fiscal 2017 es dibujar la ruta para una salida constitucional, así lo plantea el politólogo Luis Francisco Cabezas, quien señala que otra labor del parlamento es visibilizar ante la comunidad internacional todos los atropellos por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el secuestro de las instituciones encargadas de impartir justicia por parte del Poder Ejecutivo.
Para Cabezas esas serían las principales tareas de la nueva directiva de la AN encabezada por Julio Borges, quien a juicio del especialista encarnó un discurso sobrio, ponderado, sin estridencias ni calificativos durante la instalación de la cámara.
-Era lo que se esperaba porque Borges se ha caracterizado por ser una persona muy ecuánime. Convenció a buena parte de la población, puso los puntos sobre las íes e indicó hacia dónde caminará la asamblea, único bastión, lo que nos queda de República frente al secuestro del Poder Judicial y el ejercicio arbitrario del Poder Ejecutivo.
Triunfo
El Msc en Acción Política considera que la unidad se apunta un triunfo por tanto que se respetó el pacto acordado entre los representantes de la alternativa democrática, pese a las desavenencias y los encontronazos suscitados producto de la mesa de diálogo. De esta manera la MUD se aprecia fortalecida.
-La política supone respetar acuerdos y eso fue lo que hicieron los actores de la MUD, quienes con antelación establecieron acuerdos de cara a la gobernabilidad del parlamento. Ese pacto se refrendó.
Por otro lado, agrega, en la nueva directiva se observan múltiples partidos: VP, AP, PJ, UNT, La Causa R, lo cual es sinónimo de pluralidad. Los partidos se ven representados, eso le sale al paso a esas campañas que ventilan que el peso lo tiene el G4. Ahora, en la actual directiva, hay organizaciones políticas que no alcanzaron ni cinco diputados; eso es un triunfo para la unidad y para el modelo republicano porque la particularidad del parlamento es que emana de la soberanía del pueblo a través del voto.
-Desde el Gobierno podrán decir cualquier cantidad de cosas pero cada uno de esos diputados, incluso, los de la bancada oficialista, fueron electos por el voto popular y eso hay que respetarlo porque se le imprime legitimidad de origen a la asamblea, más allá de las tropelías que el gobierno ha querido imponer, como pasó con los diputados de Amazonas, que a la fecha no se ha demostrado que hubo un fraude.
El entrevistado apunta que uno de los retos que tiene la nueva AN es potenciar su labor contralora.
Aunque el año pasado se citó a varios ministros que no comparecieron o enviaron emisarios es fundamental que la asamblea insista en ese cometido y procure el registro de todas las denuncias, comparezcan o no los responsables.
-La justicia llega tarde o temprano por lo tanto tiene que documentarse esa labor contralora.
Por otra parte Cabezas analiza que si bien el TSJ le ha aplicado una especie de bullying al Poder Legislativo se cumplió con el cometido de legislar. A su juicio si se legisló.
-En 2016 se legislaron las dos leyes más revolucionarias y socialistas que en los últimos 17 años se hayan podido desarrollar: la Ley del Cestaticket para los pensionados y la Ley de la Propiedad para los beneficiados de la GMVV, que buscan empoderar a las personas más vulnerables. La segunda recibió el veto del TSJ y la primera fue devuelta al Ejecutivo para un estudio de factibilidad económica.
En cuanto a la decepción que siente el soberano hacia la AN el politólogo señala que “la gente tiene que terminar de entender que la AN legisla, no da casas, no otorga becas, ni tumba gobiernos”.
Y añade “la AN hace las leyes para que el Ejecutivo las convierta en políticas públicas que se traduzcan en una gama de bienes y servicios para la población”.
Reitera que la AN se dedicó en 2016 a legislar, los vetos del TSJ son otro problema pero los diputados hicieron su trabajo. Incluso, se legisló una ley que fue votada por unanimidad, la que restringe el uso de celulares en las cárceles.
Destacó que la esperanza de muchos venezolanos es que el parlamento dibuje una ruta que concrete los mecanismos para la salida a la crisis de gobernabilidad, enmarcada en los principios constitucionales.
“La AN no llamará a la calle eso le corresponde a los actores políticos, quienes deben canalizar el clamor de la sociedad”.
Respecto a seguir visibilizando las violaciones ante la comunidad internacional puntualizó que Venezuela ya no es vista con la misma simpatía ante los organismos internacionales, además, en 2016 tuvo varios reveses en distintos escenarios, el más reciente el del Mercosur, donde tuvieron que devolver la presidencia, por otra parte, en la OEA se llevó a plenaria la posible aplicación de la CID.