Reducción de 95 mil barriles diarios de producción petrolera, según acuerdo del 30 de noviembre entre miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), podría ser no tan beneficiosa para Venezuela, como el mismo gobierno ha querido hacerla ver.
Tal aseveración fue realiza por el economista José Toro Hardy, quien sostuvo que la decisión basada en una propuesta venezolana, a pesar de que probablemente genere un incremento en los precios de la cesta petrolera, por reducción de la oferta, representa una reducción importante para la industria, que también limitará el ingreso de recursos.
Sobre la salida de Eulogio del Pino del ministerio de Energía y Minas, para su exclusiva dedicación a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Toro Hardy expresó que su desempeño en el referido gabinete no fue tan lucido como se ha querido hacer ver. Por el contrario fue “un fracaso”.
-Ellos (Gobierno) se llenan la boca diciendo que logró el recorte OPEP, pero no han explicado que el recorte puede que le cueste más a Venezuela de lo que ganará.
Explicó que si bien se producirá un aumento en el precio del petróleo que Venezuela exportará, habrá una reducción de 95 mil barriles, lo cual también significa una disminución de los ingresos por percibir. La mengua es sustancialmente importante.
En este sentido, el economista puntualizó que el acuerdo de recorte de producción para la exportación nada tiene que ver con la producción para consumo interno y de acuerdos con Petrocaribe.
Sin embargo, en la actualidad el país importa grandes cantidades de petróleo liviano, gasolina y nafta, los cuales no es capaz de producir por problemáticas de la estatal. Por tanto, de subir los precios del mercado internacional, también incrementarán los precios de estos productos que se debe adquirir Venezuela.
Los costos de importación y por tanto de producción de PDVSA también incrementarán, por lo que el país percibirá menos de lo esperado con esta maniobra.
A esto sumó que dicha reducción de la cuota de producción generará un gran estímulo para reactivar las inversiones petroleras de Estados Unidos, lo que también representará una amenaza para Venezuela, ya que si el país norteamericano se autoabastece de manera importante de petróleo doméstico, comprará menos petróleo venezolano.
Toro Hardy subrayó que existe una alta posibilidad de que los resultados sean negativos.