El 2 de enero por la tarde, Wilmer Genaro Díaz salió a Guarico, municipio Morán, junto con otras dos personas para vender un cargamento pequeño de caraotas. En el camino de regreso al caserío Sabana Grande, donde estaban todos residenciados, el carro donde se desplazaban, un Toyota Corolla blanco, se volcó. El accidente lo dejó gravemente lesionado.
No así a quienes lo acompañaban.
Por la fuerza del golpe el parabrisas del carro se desprendió y por el orificio salieron el conductor y el copiloto. Díaz ocupaba el asiento trasero y quedó atrapado entre los amasijos.
Desde el día del accidente lo hospitalizaron en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp) y murió, ayer en la madrugada, por complicaciones con las múltiples fracturas y una perforación en el pulmón.
En la zona donde ocurrió el accidente está habilitado solo un canal para la circulación de los vehículos por un deslizamiento de tierras sucedido recientemente y la carretera entera está agujereada. Esto, dijeron los familiares del fenecido, pudo haber influido en el accidente.
Pese a la crítica salud de Díaz, durante los cuatro días que permaneció en la emergencia del Hcuamp no fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque no había camillas disponibles, refirieron los parientes.
La atención, dijo uno de los ocho hermanos de Díaz, José Lucena, pudo ser mejor, pues los médicos no agotaron las posibilidades para operarlo. La familia tampoco tenía los recursos para trasladarlo a una clínica.
Díaz cultivaba hortalizas junto con Lucena en Sabana Grande. Deja sin padre a tres niños, uno de 11, uno de 6 y el último de un año de edad.