Cualesquiera sean los cambios que realice la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en su estructura e incluso en sus formas de lucha, se encontrará con, y tendrá que enfrentar, el mismo gobierno autoritario, comunista a lo cubano, por lo que la solución de los problemas políticos, sociales y económicos no serán resueltos sin un cambio de gobierno.
El gobierno solicita el diálogo, al cual concurrirá con el mismo cinismo y la mentira como política de Estado, con el objetivo de prolongarlo en el tiempo y desmovilizar a la oposición, incluso desmoralizarla al correr de los días, semanas o meses, liberando por cuenta gotas a algunos presos políticos, reprimiendo y encarcelando a otros disidentes. En esas circunstancias, tienen razón Henry Ramos Allup y otros voceros de la MUD de manifestar que no hay condiciones para asistir al llamado al diálogo, mientras no cumpla el gobierno con la liberación de todos los presos políticos y permita el regreso de los exiliados en pleno ejercicio de sus derechos constitucionales, y otros acuerdos aprobados en la última reunión de la Mesa de Diálogo, presidida por el representante del Vaticano.
El hambre y la falta de medicinas seguirán matando a centenares, posiblemente a miles, de los venezolanos más pobres, porque sus salarios no les alcanzan para comprar lo mínimo indispensble en alimentos y en los hospitales no encuentran los remedios apropiados para sus males generalmente provocados por la desnutrición. La escasez y el alto costo de la vida no los superará el gobierno con las importaciones, destruyendo el aparto productivo del país.
Una opción política que tiene la oposición para provocar un cambio aunque parcial porque se encargaría el Vicepresidente, es el Referendo Revocatorio del mandato del Presidente, para cuya ejecución es factible contar con un amplio sector del chavismo descontento, que puede profundizar la crisis en el madurismo y crear condiciones para negociar un gobierno de transición que convoque a unas elecciones generales.
La otra opción política que tiene la MUD la constituyen las elecciones para gobernadores y alcaldes, pospuestas arbitrariamente por el Consejo Nacional electoral, seguramente por órdenes de Miraflores, lo que demuestra que el socialismo del siglo XXI, es una réplica del comunismo del siglo XX, que convocan a elecciones cuando están seguros que las pueden ganar. No hay alternabilidad aunque la establezcan en la Carta Magna. Que el gobierno las posponga nuevamente es una posibilidad contra la cual la MUD también tendrá que combatir.
Si no abandonan la calle, como parece ser una decisión unánime de la MUD, puede incorporar a otros sectores de la oposición, que contribuyan a modificar las condiciones políticas actuales, y obligar al régimen, con apoyo internacional, a abrirle cauce o grandes posibilidades a una transición democrática.
De no perseverar en la salida democrática, pacífica y electoral, las políticas gubernamentales de estatismo stalinista, quiebra de la economía nacional, violación de la Constitución Nacional, inseguridad de las personas y sus bienes, hambre y desempleo puede conducir a un régimen totalitario e incluso a un golpe de Estado.